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Banda del Alcalde degolló a un hombre, le cortó la lengua, según testigos

  • 03 noviembre 2015 /

Tegucigalpa, Honduras.

Los relatos causan escalofríos, pues parecieran formar parte del libreto de una película de terror.

Sin embargo, no son novelas, sino las declaraciones de testigos protegidos que presenciaron los asesinatos de ocho personas a manos de la banda de los Banegas, supuestamente liderada por José Adalid González, alcalde de Sulaco, Yoro.

Inhumano

El 22 de noviembre de 2011, en la aldea Guacamayas, Marale, Francisco Morazán, cuatro hombres fueron asesinados por la banda de los Banegas, según el expediente judicial.

El reloj marcaba las 5:30 am cuando la casa donde estaban Marco Rodríguez, Damacio Orellana y Carlos Hernández fue rodeada por al menos 30 hombres que vestían uniformes policiales y militares, los cuales dispararon contra la vivienda, por lo que sus ocupantes repelieron el ataque.

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El cruce de balas se prolongó por dos horas, según el testigo.

Al darse por vencidos, los tres hombres salieron corriendo de la casa y se dirigieron a una labranza, donde fueron alcanzados por los criminales.

El primero en caer herido fue Carlos, por lo que Noé Amador se le acercó y lo degolló usando un machete. Luego le cortó la lengua y sus partes íntimas.

Mientras que César Salguero “Torombola” remató a Damacio, y Marco quedó sin vida junto al cerco de la labranza.

Otros crímenes son los de Secundino Orellana y Medardo Romero, asesinados el 13 de junio de 2013 en la aldea San Antonio, Sulaco.

A las 4:30 pm de ese día, los ahora occisos junto con otras dos personas caminaban por la zona cuando fueron interceptadas por el grupo de hombres que se conducían en un vehículo doble cabina, en el cual también iba el alcalde, de acuerdo con testigos.

Los delincuentes dispararon contra las cuatro personas respondiendo al ataque de Secundino y Anselmo, quien logró huir del lugar junto con las otras dos personas. Mientras que el cadáver de Secundino quedó en el lugar.

Durante la refriega también murió Willito, hijo de uno de los cabecillas de la banda.

Al día siguiente, los criminales regresaron al lugar donde encontraron el cadáver de Secundino, el cual quemaron ante la mirada del alcalde, que observaba desde su vehículo, indica el expediente.

Horas después llegó la familia de la víctima, la que apagó el fuego y se llevó el cadáver para darle sepultura.

Según investigaciones del Ministerio Público, miembros de la banda de los Banegas, liderada supuestamente por el alcalde de Sulaco, Yoro, se vestían de policías para llegar a las viviendas, de las cuales se querían apropiar.

El requerimiento fiscal detalla que hasta hicieron uso de una patrulla policial.