“¿Encontraría a la Maga?”, así comienza Rayuela, la mítica novela del escritor argentino Julio Cortázar que marcó un antes y un después en la literatura en español y de la que hoy se cumplen 50 años de su primera edición, publicada por la editorial Sudamericana.
Para conmemorar el aniversario se saca ahora una edición conmemorativa (en Alfaguara para España y América), que contiene un apéndice donde el propio Cortázar cuenta la historia de la novela e incluye también un mapa con el París de Rayuela: la rue Seine, la Biblioteca Mazarine, el Pont des Arts, el Pont Neuf, Monsieur Le Price, el cementerio de Montparnasse o la casa de Oliveira.
Un París impregnado por esa visión mágica y laberíntica de la ciudad, que se alternará en la novela después con el Buenos Aires de un melancólico Horacio Oliveira y su recuerdo de La Maga, la protagonista de la historia, en un París con mucha música, mucho jazz, humo, tertulias, amor, libertad y existencialismo.
Impacto de la novela
Rayuela salió de la imprenta el 28 de junio de 1963, una fecha clave para la novela por la transgresión que hizo Cortázar forzando las fronteras de los géneros.
Algunos expertos consideran que con la publicación de Rayuela nació el llamado boom latinoamericano, al que luego se sumarían autores como Gabriel García Márquez, Vargas Llosa o Carlos Fuentes.
Una novela o “contranovela”, como la que llegó a llamar el propio Cortázar, que rompió todos los estereotipos y fronteras al exponer todas las posibilidades de la experimentación narrativa. Una especie de collage literario que se estructuró en 155 capítulos y podía ser leída de diferentes formas, como una clásica que acababa en el capítulo 56 y otra que empezaba en el capítulo 73 y le seguía una lectura laberíntica, como un juego de rayuela.
Dos opiniones
“Ningún otro escritor dio al juego la dignidad literaria que Cortázar, ni hizo del mismo un instrumento de creación y exploración artística tan dúctil y provechoso. La obra de Cortázar abrió puertas inéditas”, dijo Mario Vargas Llosa.
Jorge Edwards, el escritor chileno y premio Cervantes, opina de Rayuela: “Hoy su lectura me resulta bastante inglesa, parecida a esas novelas inglesas del siglo XVIII del tipo de Vida y opiniones del caballero de Tristram Shandy, por su experimentalismo, sus digresiones, su laberinto, por no saber cómo se sale y, cómo no, por sus dosis de humor. Es una novela muy libre, en definitiva”.