El Museo Guggenheim Bilbao expone una selección de paisajes de Alex Katz, una de las facetas más desconocida para el público de la obra del pintor neoyorquino, considerado uno de los padres del 'arte pop' norteamericano, y con los que intentaba captar 'el presente inmediato', como ha explicado hoy.
La muestra se compone de 35 cuadros de grandes dimensiones, de hasta nueve metros de largo, que reflejan distintos momentos del atardecer o amanecer en los bosques y arroyos de Main (Nueva York), lugar donde reside el pintor, nacido en 1927 en el populoso barrio neoyorquino de Brooklyn.
El comisario de la exposición, realizada en colaboración con el Hig Museum of Art, de Atlanta (costa este de los Estados Unidos), Michael Roocks, ha explicado en la presentación de la muestra que las obras expuestas recogen los últimos 25 años de trabajo del pintor neoyorquino, durante los meses de invierno, verano y otoño.
Belleza visual. Roocks ha destacado que los paisajes de Katz, en los que predominan las escenas boscosas y los cauces de agua, se caracterizan por su poco detalle, carecen de relieve y se plasman sobre fondos planos, aunque con pinceladas rápidas y fuertes que buscan transmitir energía, movimiento y profundidad a la obra.
La paleta cromática de las obras revela al espectador, sin necesidad de mayores explicaciones, el tiempo en que fueron pintados, ya que para los paisajes invernales Katz ha recurrido a la amplia gama de grises y blancos para reflejar las brumas matinales, el intenso frío y la nieve del invierno, en contraste con el negro de los troncos de los árboles.
Para los atardeceres del verano, Katz se decantó por colores intensos como el rojo, el azul, el naranja y el verde, mientras que para reflejar el pesado y pegajoso calor de una tarde de verano utilizó un amarillo potente en el único cuadro que llama la atención por su colorido.
En los óleos de los arroyos, predomina el paisaje nocturno con el negro y el gris oscuro como tono dominante para plasmar el agua y las rocas, y el blanco, para la espuma que sale en los rápidos.
Alex Katz, presente a sus 88 años en la muestra, ha explicado que en sus paisajes ha intentado captar el instante, como si de una fotografía se tratase, lo que le obligaba a pintar sus bocetos muy rápido, ya que un amanecer o un atardecer, apenas dura 30 o 40 minutos.