Adamarga: “confío en que Dios me permita hacer arte por el resto de mi vida”

REDACCIÓN. Ada Margarita Rodríguez de Hernández es una apasionada por la pintura, desde que nació ha estado rodeada de elementos que le han facilitado expresarse artísticamente, por lo que está en su naturaleza dedicarse a desarrollarlo y practicarlo. Para ella, es un regalo de Dios del cual está infinitamente agradecida.

“Adamarga”, como se le conoce en el mundo artístico, es alguien sensible que instintivamente traslada su sentir en las obras que realiza. Ya sea a través de un tema, de una paleta de colores, una técnica. “Creo que todos los tropiezos que se cruzan en nuestro camino tienen un propósito, siempre son para bien y nos sirven para aprender algo si lo vemos con una mentalidad positiva. Esto se refleja en el arte que comparto”, expresó la talentosa dama.

De igual forma, es detallista y versátil, le gusta trabajar con óleos y acrílicos en sus diferentes variaciones. Le encanta la fluidez de las tintas, aunque también disfruta de las texturas. Actualmente utiliza mucho el collage en sus pinturas, ya que lo ve interesante y divertido.

Pero lo cumbre en su proceso creativo es su disciplina, “me siento cómoda contando con una estructura básica en mis procesos artísticos. Pero también me encanta la experimentación de medios, de técnicas y de procesos. Me gusta trabajar en series de un tema, para ello investigo, estudio, analizo, tratando de captar lo esencial para luego crear mi interpretación y pasarlo al lienzo. Al final quiero que el mensaje que quiero transmitir sea fácilmente captado por quienes lo observan”, manifiesta Adamarga.

Su orden y constancia es el reflejo de su buen desempeño, esto le ha valido para sobresalir en eventos nacionales, así como en los internacionales en los que ha participado de forma presencial, en países como: Estados Unidos, República Dominicana, Colombia y Ecuador, mientras que de manera virtual ha expuesto sus muestras en Francia y Turquía.

Nada relacionado al éxito es objeto de casualidad, mucho menos en la vida de la artista sampedrana que buscó siempre prepararse de la mejor manera con un único fin: expresarse. Múltiples diplomados relacionados al arte fueron parte de su trayectoria que forjaron una virtuosa pintora, entre ellos algunos realizados en EUA, como el Color y Luz alla prima, Dibujo y pintura Figura, Mentoría Pintura Expresiva y Mercadeo Artístico. Cursó uno en Taiwán sobre Pintura china, y otro en Decoración de interiores en la Universidad Católica de SPS.

Una pieza fundamental en esta construcción de una ciudadana que esparciera arte fue fruto del esfuerzo de sus padres, Moisés Rodríguez y Hada Pineda, quienes permitieron que su hogar fuera nido de artistas, ya que en su casa nunca faltaron libros, pinturas, hilos, telas y todo lo que mantuviera a sus hijos aprendiendo. A los 13 años, de la mano de su papá recibió sus primeras clases de dibujo y pintura con el reconocido artista hondureño Ezequiel Padilla (q.d.D.g.).

Conforme fue creciendo artísticamente, se dio cuenta que de sus temas favoritos y recurrentes en su trabajo es la naturaleza que le rodea. Considera que el trópico es una fuente inagotable de inspiración por su vibrante vegetación, su fauna, su gente, sus colores, sus formas, entre otras características. Empero, afirma que detrás de su trabajo hay una base que es su fuerza y motivación para continuar con sus proyectos artísticos, en la actualidad, son sus dos nietas que nacerán este año y que se le suman a sus otros dos: Emilia Margarita y Pablo Emilio.

Ahora, también centra sus fuerzas para la realización de la exposición Mi Ciudad de los Zorzales, el cual conforma junto a un grupo de artistas sampedranos más el patrocinio del Instituto Hondureño de Cultura Interamericana (IHCI) y Banpaís. Además, participa en la muestra colectiva “Galería de colores” en Ferretería Monterroso de SPS. “Me mantengo totalmente ocupada en mis metas y objetivos personales relacionados con el arte y confío en Dios que me llene de su espíritu para continuar haciéndolo por el resto de mi vida, pues es lo que me llena de paz y felicidad”, declaró.

Recientemente, fue homenajeada por decenas de colegas pintores, quienes montaron una galería de arte denominada “Pasión por el Color” (se expone en el Hotel Intercity de SPS hasta el 25 de mayo del año en curso), la cual cada uno realizó desde el 2008 bajo la mentoría de Adamarga con su proyecto Estudio 7, donde desde hace más de 10 años se dedica a impartir clases sobre los fundamentos de la pintura y los conocimientos adquiridos a través de maestros nacionales y talleres internacionales.

Su vasta experiencia y humildad la han llevado a cielos cubiertos por la gracia. “Me siento sumamente honrada por un homenaje totalmente inesperado. Nunca me imaginé el gran cariño del que estoy rodeada, le doy gracias a Dios por haberme permitido conocer y compartir con personas de gran calidad artística y humana. También agradecida con el IHCI por su apoyo constante y al FotoClub Honduras por las magníficas fotografías de momentos memorables en todo este proceso”, comentó.

Adamarga cree firmemente que el talento no es suficiente. Sin duda alguien disciplinado, constante y trabajador diría lo mismo. Un talento sin cultivar es un talento desperdiciado. “Es necesario enfocarse en lo que a uno le gusta y perseguir sus sueños, pero trabajando. Nada cae del cielo. Y si lo que persiguen es destacar, lo único que se necesita es dedicarse en cuerpo y alma, pues el trabajo realizado habla por sí mismo”, explica.

Y agrega: “a los padres que tienen hijos talentosos: pongan a sus hijos en clases de arte, denles libertad de expresar sus ideas a través de su talento, apóyenlos en ese camino, afortunadamente, en la actualidad, la información está al alcance de todos”, concluye.

Artistas que son admirados y fuente de inspiración para Adamarga

Joaquín Sorolla por cómo expresa la luz en sus pinturas.

Paul Cezzane porque se atrevió a ir contra la corriente del lenguaje artístico de su momento y pintó lo que él quiso y cómo él lo quiso.

Piet Mondrian por cómo logró evolucionar su obra a través del tiempo llevándola a la máxima simplificación.

Hilma Af Klint por ser la primera artista en pintura abstracta.

Jenny Saville, artista contemporánea que se caracteriza por la libertad con que plasma sus monumentales figuras.

Ezequiel Padilla, uno de los pintores más sobresalientes de la segunda mitad del siglo XX. También fue el primer maestro de pintura de Margarita Rodríguez. Caracterizado por sus mensajes artísticos que funcionaban como gritos de rabia contra la injusticia que lo rodea y que lo hiere en lo hondo.