Este fin de semana la ciudad de Bückeburg, ubicada en la Baja Sajonia, ha sido testigo de un enlace de cuento de hadas protagonizado por el príncipe Alejandro de Schaumburg-Lippe y la que es legalmente su esposa desde hace un año, Mahkameh Navabi.
La pareja se casó por lo civil el año pasado en la peor parte de la pandemia del coronavirus y este sábado han querido renovar su compromiso por la iglesia en un evento que ha sido todo lo que cabría esperar de una boda de la aristocracia, con carroza, vestido de princesa y tiara incluidos.
Curiosamente, la impresionante joya de diamantes que lució la novia para sujetar su velo kilométrico ya había sido utilizada por las dos primeras esposas de su flamante marido en su gran día, pero ese no fue el detalle más llamativo de la ceremonia.
La primera mujer de Alejandro, Marie-Louise zu Sayn-Wittgenstein-Berleburg, se encontraba entre los asistentes y ocupó un papel muy destacado como dama de honor, lo que evidencia la buena relación que mantiene con los recién casados.
De hecho, los tres viven bajo el mismo techo en el impresionante castillo Schloss Bückeburg con el hijo que tienen en común Alejandro y Marie-Louise y la hija que esta última tiene fruto de otra relación sentimental.
Su particular familia moderna también incluye a las dos niñas que el príncipe tiene con su segunda esposa.
