La parroquia Nuestra Señora de Suyapa vuelve a ser elegida por las parejas de la sociedad hondureña para celebrar su enlace matrimonial.
En esta ocasión fueron los enamorados Gabriela Alvarado Pumpo y Roberto Ferrufino Gonzales, quienes llegaron hasta el altar para recibir la bendición de Dios en ese paso tan importante en sus vidas.
Desde las 6:30 pm, invitados de diferentes partes del país y el extranjero se reunían en el templo para ser testigos de ese hermoso amor. El cortejo realizó la entrada y el novio desfiló de la mano de su madre Patricia Gonzales de Ferrufino.
La novia llegó en un carruaje antiguo, su padre Carlos Alvarado la esperaba para llevarla hasta el altar donde la esperaba el amor de su vida. El padre Fernando Ibáñez se encargó de oficiar la misa, donde la pareja hizo sus votos e intercambio de alianzas.
 Roberto y Gabriela, de lo más enamorados.
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Las emociones eran inevitables y, con un beso, los nuevos esposos dieron por consumada esa promesa.
Finalizando la ceremonia, en el umbral de la iglesia los esperaban los más de 300 invitados para llenarlos de buenos deseos y muestras de cariños.
La parranda. El remodelado y espectacular salón Palestina del Club Hondureño Árabe fue elegido para celebrar el elegante banquete nupcial.
Antes del protocolo tradicional, los invitados, mientras los novios llegaban, disfrutaron de una variedad de exquisitos bocadillos que se sirvieron de entrada.
Como a las 9:30 pm, felices y muy emocionados entraron los esposos. En medio de aplausos, flashes y felicidad se bailó el tradicional vals.
El brindis no se hizo esperar y la fiesta comenzó. Los novios disfrutaron en todo momento su noche de boda rodeados del amor de todos los que acudieron.
 Hermosa novia.
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