25/04/2024
09:56 PM

Recomiendan vigilar qué y con quién juegan los menores

Deivy Ávila, de 15 años, quien murió el miércoles, pudo haber presentado un cuadro psicótico por su adicción, según psicólogos.

San Pedro Sula.

El videojuego en línea Free Fire tiene más de 500 millones de descargas en PlayStore, y es uno de los más populares para dispositivos móviles en el mundo, sin embargo, el uso excesivo de esta aplicación como otras similares, representan un peligro principalmente para los menores.

Aunque tiene una clasificación M para mayores de 17 años, por mostrar violencia y sangre, al ingresar a este mundo digital se puede interactuar con pequeños de hasta siete u ocho años, que a través de los micrófonos interactúan por horas formando equipos con personas de otros países y de todas las edades.

El juego consiste en lanzarse en paracaídas en una isla y sobrevivir hasta el último minuto a disparos de escuadrones armados, en el cual cada personaje es una persona del mundo real.

El acceso de menores se repite en otros juegos online catalogados para mayores de 17 años, tanto en consolas como en celulares, pero también los menores pueden pasar largas jornadas en juegos que están creados con categorías para su edad.

Esta semana en San Pedro Sula falleció Deivy Ávila Antúnez (de 15 años) y sus familiares, entre ellas su madre Roxana Antúnez, dijeron creer que este murió por una inanición (no comer) derivada de su adicción a Free Fire. Según la progenitora este pasaba acostado jugando en su celular, solo ingería líquidos y se ofendía por todo, al grado que no le podían quitar el aparato porque “se había vuelto adicto”.

La madre dijo que ese juego lo endemonió porque hacía señales raras y hablaba en lenguas.

Expertos

Daniel Menjívar, psicólogo con orientación en psicología clínica y de la salud, afirmó que internamente estas actividades generan adrenalina y dopamina en el cuerpo generando placer, entonces esto se vuelve una costumbre no favorable que hace a la persona recurrir a lo que le produce el placer y eso lo lleva a la adicción.

El profesional dijo que una adicción puede llevar a una persona a perder el control de muchas situaciones y perder la funcionalidad, pero normalmente junto a las adicciones hay otros elementos, como padecimientos psicológicos, que se asocian.

“El aislamiento a causa de una adicción es porque de repente hay escondidos otros patrones como una depresión”, dijo.

En este caso particular, el hablar en lenguas y no ingerir alimentos, podría derivarse a que el cuerpo y el cerebro no estaba teniendo el descanso adecuado, entrando en un patrón llamado cuadro psicótico.

El experto afirma que todo requiere límites para evitar que los menores caigan en adicciones y se debe complementar el tiempo con actividades físicas y socializar en familia para tener alternativas. Si un joven tiene adicciones se debe proceder a la ayuda de un profesional.

Mauricio Velásquez, psicólogo especialista en problemas de depresión, ansiedad y estrés y problemas de adicciones en niños, adolescentes y adultos y presidente del Colegio de Psicólogos, dijo que se reconoce la adicción a los videojuegos, y esto repercute en el comportamiento y personalidad del individuo.

La adicción a videojuegos es considerada no convencional, las convencionales son las drogas. “Las no convencionales normalmente están relacionadas a una conducta, entre ellas las adicciones a juegos de azar, adictos a la pornografía, al sexo, la codependencia en relaciones interpersonales”, explicó.

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Las adicciones son conductas que generan una situación placentera, pero que tiende al extremo, y por ende conlleva cierto deterioro en la vida de la persona, como sus relaciones interpersonales y descuido de sus responsabilidades y hasta el cuidado como bañarse o alimentarse.

Los padres deben velar que aquellos que juegan deben ingresar a juegos en su categoría. “No puedo exponer a un menor de ocho años a que juegue con mayores de edad, porque eso va a generar un impacto emocional, el cerebro está en un proceso de madurez y no puede diferenciar entre lo que es realidad y ficción, he visto casos psicóticos por exposición a contenidos no acorde a su edad”, dijo.