"Dejé todo por mis hijos": el viaje de una madre en busca del sueño americano

Yenifer Dubón logró llegar a Estados Unidos, pero la realidad que encontró distaba mucho de lo que había escuchado, por lo que tomó la difícil decisión de regresar a su natal Honduras.

Dejé todo por mis hijos: el viaje de una madre en busca del sueño americano
San Pedro Sula, Honduras.

Yenifer Angélica Dubón, una madre de 33 años, es una de tantas mujeres hondureñas que han tomado la decisión más difícil de su vida, dejar a sus hijos y emprender un viaje incierto hacia Estados Unidos, impulsada por la necesidad y la esperanza de un futuro mejor.

Su historia comienza en mayo del año pasado, cuando la falta de empleo y las escasas oportunidades en el sector maquilero, donde tenía experiencia, la llevaron a considerar lo impensable.

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“Salí del país en busca de nuevas oportunidades. Aquí no había trabajo. Intenté una y otra vez, pero solo recibía respuestas negativas. La situación económica era cada vez más complicada. Mi esperanza se desvanecía poco a poco,” relata con la voz entrecortada y una mirada que refleja tanto determinación como dolor.

Pero la decisión más dura fue separarse de sus hijos, dos adolescentes que quedaron bajo el cuidado de sus abuelos. “Los dejé con mis padres. Sabía que era una decisión difícil, pero sentía que, a largo plazo, era lo mejor para ellos. El año pasado todo estaba muy complicado y no veía otra salida,” recuerda Yenifer, con emoción contenida.

Una travesía marcada por la incertidumbre

La odisea comenzó con una amiga cercana. Sin recursos y con el corazón lleno de esperanza, ambas se unieron a un pequeño grupo de seis personas, cuatro mujeres y dos hombres y partieron rumbo al norte.

“Nos fuimos sin nada, solo con la esperanza de que todo saliera bien,” dice Yenifer, recordando el inicio del recorrido. Al llegar a México, la situación no mejoró, pero una mujer desconocida les ofreció ayuda desinteresadamente. “Nunca supe quién era realmente, pero nos tendió la mano cuando más lo necesitábamos. Gracias a ella pudimos seguir adelante.”

El cruce hacia Estados Unidos fue uno de los momentos más duros. “Llegar a la frontera sin saber qué iba a pasar es una experiencia que no le deseo a nadie. Fue una mezcla de miedo, cansancio e incertidumbre constante,” afirma.

En tierra prometida, pero no como lo imaginaba

Ya en suelo estadounidense, Yenifer optó por entregarse a migración, donde le otorgaron un permiso temporal. “No tenía a nadie que me recibiera formalmente. Solo un amigo me apoyó, pero no era lo mismo que tener a la familia cerca. Me sentía sola en un país completamente nuevo,” cuenta.

Con el tiempo logró conseguir trabajo, pero la vida en California resultó ser más dura de lo que imaginaba. “Las cosas no eran como las pintan. El costo de vida es alto, y la estabilidad que uno espera simplemente no llega tan fácil. Estaba lejos de casa, sin mi familia, y todo eso pesa.”

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Al alquilar un pequeño espacio donde vivir, se enfrentó con la dura realidad: “Esto no era lo que había soñado. Había demasiadas dificultades, y las oportunidades no eran como prometen en las historias que uno escucha desde Honduras.”

El retorno y una nueva visión del futuro

Después de varios meses, Yenifer tomó la decisión de regresar a Honduras. Aunque su intento de establecerse en Estados Unidos no resultó como esperaba, su perspectiva ha cambiado ya que ha sido capacitada en barismo por el Centro de Desarrollo Empresarial (CDE) Mipyme del valle de Sula,

“He aprendido mucho de esta experiencia. A veces uno toma decisiones difíciles con la ilusión de un mejor porvenir, aunque no siempre las cosas resulten como uno desea. El sacrificio me hizo más fuerte,” asegura.

Hoy, está nuevamente con sus hijos, llena de esperanza y con un renovado compromiso por salir adelante en su país. “Aunque no logré lo que esperaba, aprendí que el futuro también se puede construir aquí, con esfuerzo y sin rendirse.”

Reflejo de la realidad de muchos hondureños

La historia de Yenifer no es única. Representa a miles de hondureños que, ante la falta de oportunidades, se ven forzados a emprender peligrosos viajes con la ilusión de encontrar una vida digna.

Su testimonio es un llamado a visibilizar las causas profundas de la migración forzada, pero también una muestra del coraje y la resiliencia que caracteriza a quienes, a pesar de todo, siguen luchando por un mejor mañana.

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Ana Reyes Mendoza
Ana Reyes Mendoza
Periodista

Licenciada en Periodismo, egresada de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Periodista multimedia con más de 15 años de experiencia en la cobertura de temas policiales, judiciales, educativos y migratorios.

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