En el sector de Río Blanco en San Pedro Sula hay más de 300 niños que viven alrededor de los bordos. Todos vienen de familias en extrema pobreza y apenas reciben un tiempo de comida diario y, con suerte, dos.
La merienda escolar es un alivio que no solo les permite estudiar mejor, sino tener una alimentación más digna durante su jornada.
Sin embargo, en la escuela Dionisio de Herrera, que alberga a la mayoría de menores de esa zona, la merienda se acabó hace una semana y, según autoridades del PMA (Programa Mundial de Alimentos), la segunda remesa de ingredientes llegará hasta junio.
Al igual que la anterior, casi todos los 312 centros educativos de prebásica y básica de San Pedro Sula se han quedado sin merienda a pesar de que los padres la complementan con sus aportaciones. La primera que recibieron a inicios de abril se agotó porque solo alcanzaba para 10 semanas.
LA PRENSA constató en un recorrido que falta el producto para elaborar la merienda.
En escuelas como la 28 de Noviembre de la colonia Roberto Suazo Córdova, Pompilio Ortega de El Zapotal, República de Cuba de barrio Medina y Luis Landa de Cabañas poco o nada les queda del arroz, los frijoles, harina de maíz, aceite y soya que recibieron.
Luz Teruel, directora del Centro Básico Luis Landa, afirmó: “La merienda escolar debe ser vista por el Gobierno como una necesidad más urgente. Sabemos que tienen fechas de llegada, pero el hambre en los niños es permanente. Algo se debe hacer para que nunca falte”.
Los padres de los comités de merienda escolar aseguran que nunca notifican la fecha exacta de la llegada de los alimentos.
Rafael Vicente, director del Centro Básico Dionisio de Herrera, habla con preocupación de la escasez de merienda en esa zona de la ciudad. “Los niños a veces ni vienen a clases porque sus padres quieren ahorrar dinero para comer.
La merienda les permitía soportar un poco más la situación, pero desde hace una semana no hay nada que darles”, confesó.
Solamente en centros como Presentación Centeno aún hay alimentos para dos semanas más que satisfacen a 1,700 niños que estudian allí. No obstante, las madres encargadas de preparar la merienda afirman que es necesario que el Gobierno mejore este beneficio para los menores.
“Les hacemos baleadas, a veces fritas con otros ingredientes y grandes esfuerzos. Esto hace la diferencia en la vida de los niños, que a veces no tienen qué comer.
Quisiéramos que lo tomaran como prioridad y no haya semanas sin recibir desayuno”, dijo María Aguilar, presidenta de la sociedad de padres de familia de este centro.
Autoridades de la Dirección Departamental de Educación de Cortés aseguran que el programa Vaso de Leche que se ha cancelado en otros sectores del país se está comenzando a adoptar en algunas escuelas de San Pedro Sula para luego desarrollarlo en toda la ciudad.