Las promesas incumplidas del alcalde Juan Carlos Zúniga se ponen en evidencia al comparar lo que ofreció en el discurso de toma de posesión y la situación actual de San Pedro Sula.
Su alocución ese lunes 25 de enero de 2010 fue catalogada como un discurso de esperanza en una encuesta hecha a los pobladores. Hoy, a punto de cumplir el tercer año de gobierno, son relativamente pocos los logros y la gente considera que está en deuda con el pueblo. “Realmente basta ver las calles y el desorden en el centro, ni el parque han podido recuperar”, dice Rodimiro Ochoa, un taxista sampedrano.
El discurso lo centró en transparencia, austeridad, participación, seguridad, vivienda, salud y educación. En cada una se comprometió con el pueblo. “En mi administración la transparencia será mi mayor compromiso con el pueblo”, enfatizó en aquel momento.
Actualmente los regidores lo han criticado por no presentar informes financieros a tiempo y por no saber de cuánto es el gasto real de la Municipalidad.
El día que asumió las riendas de la ciudad dijo que rescataría la administración municipal de la situación financiera en la que se encontraba, además que no toleraría actos de corrupción.
Lo cierto es que el Congreso Nacional autorizó la readecuación de 1,080 millones de lempiras, además un nuevo préstamo de 400 millones de lempiras con el compromiso de que se cumpliera un plan de acción de doce puntos para hacerle frente a la readecuación.
La alcaldía tendría que rendir cuentas a la Ccic (Cámara de Comercio e Industrias de Cortés) sobre el avance de la situación.
Pese al apoyo del Congreso Nacional, el problema financiero sigue, al grado que muchos de los proyectos de infraestructura se han paralizado.
Hay Ver más noticias sobre Honduras