Los médicos y enfermeras en el hospital Mario Rivas se las ingenian para atender los casos de emergencia con los pocos materiales que logran conseguir.
En las salas es común observar a los pacientes cargando botes en las manos, que hacen la función de los aparatos que sirven para la succión de la sangre.La aflicción se apodera de familiares de los enfermos cuando toca pagar algún examen o comprar medicamentos y el bolsillo resulta insuficiente.
Todo el año ha habido dificultades. Al menos unas 10 huelgas y plantones de médicos, enfermeras, personal técnico o los propios pacientes, que exigen la compra de medicamentos, han paralizado las atenciones.
La falta de materiales, medicinas, camillas, personal médico y ambulancias, entre otros, son algunas de las múltiples necesidades que tienen agonizando al Rivas.
“Más de cinco doctores con especialidad en medicina interna han renunciando por falta de pago. Otro grupo amenaza con hacer lo mismo.
El problema se agudiza porque nadie quiere venir a trabajar al Rivas por la tardanza en los sueldos”, declaró Carlos Caballero, subdirector del centro.
CrisisLa ojos de Justo Martínez (45) se humedecen al recordar que lleva 60 días con la pierna derecha fracturada y por no tener 250 lempiras para comprar el yeso hasta ayer se lo colocaron.
“Logré conseguir prestado con un vecino”, dijo llorando, pues la lesión no le ha permitido trabajar y por eso él y su familia viven de la caridad de los vecinos.
El doctor Omar Villanueva asegura que esta es la peor crisis que ha tenido el hospital, pues no tienen nada para atender a los enfermos. “Vivimos de donaciones.
Algunos pacientes dejan lo que les sobra y eso se utiliza en los otros que no tienen cómo comprar. Trabajamos como en los tiempos de guerra, con lo que haya”.
