Cada año los sampedranos católicos esperan la Semana Santa para participar del domingo de ramos, Viacrucis y el Santo entierro. Desde que comienza la considerada semana mayor se realizan procesiones y actos que conmemoran las distintas etapas de la pasión de Jesús desde su entrada a Jerusalén hasta su pasión, muerte y resurrección.
Las procesiones varían y dependen de la creatividad, recursos y participación de las comunidades, pero no cabe duda que se conjuga la fe y la devoción en ellas donde recuerdan la pasión y muerte de Jesús.
Cambios
Este año la Santa Sede decretó que San Pedro Sula pase a ser una arquidiócesis con sus diócesis sufragáneas La Ceiba, Gracias, Santa Rosa de Copán, Trujillo y Yoro. El franciscano irlandés Michael Lenihan, nacido en 1951, que desde 2011 era obispo en La Ceiba se convirtió en el primer arzobispo de la capital industrial.

Los cambios de autoridades no influyeron, las parroquias y comunidades siguieron trabajando como en años anteriores.
La Semana Santa trajo consigo calles y avenidas llenas de feligreses que conmemoran la Pasión y Muerte de Cristo.
Esas procesiones que según la historia tienen su origen en la Sagrada Escritura se dejaron de realizar por la pandemia pero, retornaron con más devoción y fe de parte de los católicos y algunos turistas que visitan la ciudad y hacen turismo religioso.
Además, el mensaje llega a más personas por la difusión a través de medios de comunicación como LA PRENSA con todas sus plataformas. Hoy Viernes Santo en horas de la mañana las 36 parroquias de San Pedro Sula hicieron sus viacrucis y en horas de la tarde realizan el santo entierro.
Previo al santo entierro realizaron el sermón de las siete palabras. Así es como se denomina a las siete últimas frases que Jesús pronunció durante su crucifixión y que han sido escritas en los evangelios. Las siete palabras son: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”, “Yo te aseguro que estarás conmigo en el paraíso”, “Mujer, ahí tienes a tu hijo”, “Dios mío, Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?, “Tengo sed”, “Todo está cumplido”, “Padre en tus manos pongo mi espíritu”. Luego se realizó el acto de descendimiento de la cruz para proceder a la procesión del santo entierro.
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En la ciudad hubo varias procesiones pero la principal es la que salió desde la catedral metropolitana San Pedro Apóstol encabezada por el arzobispo Miguel Lenihan.
El santo entierro es una tradición católica. El cuerpo de Jesús es envuelto en una manta, colocado en una urna y llevado al santo sepulcro.
Y con una solemnidad especial la vivieron los sampedranos quienes silencio acompañaron la urna adornada con flores, iluminada y conteniendo la imagen de Jesús.
La procesión recorrió la primera calle y a diferencia de otros años esta vez tomaron la avenida Júnior donde los parroquianos de la comunidad de San Pablo elaboraron alfombras de aserrín para dar paso a la procesión. Una de las alfombras fue dedicada al obispo emérito Ángel Garachana como un reconocimiento a los 28 años de estar al frente de la diócesis de San Pedro Sula.
El cortejo fúnebre ésta vez no llegó hasta la 8 avenida de la colonia Ruiz ,como en otros años, donde se vivía una verdadera convivencia sino que tomó la conocida avenida Júnior, para conectar con la siete calle, luego por la tercera avenida hasta retornar a la catedral metropolitana San Pedro Apóstol. Los sampedranos acudieron masivamente a la procesión como una muestra de fe y devoción.