La primera misa crismal presidida por el arzobispo Miguel Lenihan se realiza en la catedral Metropolitana San Pedro Apóstol donde participa también el sacerdote claretiano Donaciano Alarcón expulsado de Nicaragua.
La misa es concelebrada por los presbíteros de la arquidiócesis y es hoy que se consagra el santo crisma y los óleos.
En esta celebración en la que se consagra el Santo Crisma se bendice además los óleos o aceites para los enfermos y los que se van a bautizar explicó el padre Luis Estévez.
Generalmente la misa crismal se realiza los jueves pero en la arquidiócesis por razones pastorales se celebra el Miércoles santo.
En la homilía monseñor Lenihan pidió por los enfermos, privados de libertad y por toda la población también por los sacerdotes que celebran su día mañana.
“Hay que dar gracias al señor por el don del sacerdocio y este año es de comunión del presbiterio” dijo.
En un mensaje a los sacerdotes el obispo agradeció su trabajo y los llamó a seguir siendo luz para la feligresía. “Ser sacerdote es hermoso” dijo.