28/04/2024
06:50 PM

Estados Unidos condecora a hondureño por sus 38 años de servicio

El sampedrano Marco Tulio Mendoza fue condecorado con la medalla al Servicio Civil Meritorio por su destacado desempeño durante sus 38 años de servicio en el Ejército de Estados Unidos.

San Pedro Sula, Honduras.

Con humildad y agradecimiento, el sampedrano Marco Tulio Mendoza recibió la medalla que el Ejército de Estados Unidos le entregó a finales de julio en agradecimiento por sus 38 años de servicio.

Desde su casa, ubicada al noreste de Washington, Mendoza compartió con LA PRENSA que nació en el hospital Leonardo Martínez Valenzuela un 24 de abril de 1963, y creció con sus cuatro hermanos en el barrio Miguel Paz Barahona de esta ciudad.

De joven soñaba con ser ingeniero y estaba camino a convertirse en uno cuando en 1984 decidió migrar hacia Estados Unidos. El sampedrano recordó que en ese momento tenía 20 años y estaba estudiando ingeniería industrial, por lo que su padre no estaba de acuerdo con que abandonara sus estudios.

No obstante, siguió con sus planes y logró llegar al país norteamericano como inmigrante. Tiempo después contrajo matrimonio y obtuvo la residencia.

Desde que llegó a Estados Unidos comenzó a trabajar como pintor, pero algo en su interior le decía que necesitaba hacer algo más con su vida. Justo en esos días vio los comerciales del ejército en la televisión, donde decían que, aparte de servir, los militares tenían la oportunidad de continuar su formación académica.

Postal de sus primeros años de servicio.

Siendo aún joven, le comentó a su jefe sobre sus planes de enlistarse en el ejército, y este lo ayudó a hablar con el reclutador. Aunque su inglés no era bueno, hizo el examen para ingresar al ejército y logró aprobarlo.

En 1986 lo enviaron a hacer su entrenamiento básico a New Jersey y su primera asignación fue en 1987 en Alemania, donde estuvo tres años. Debido a sus habilidades, Mendoza se desempeñó en la división de logística, con la que sirvió en Alaska, Corea del Sur, Kentucky, Maryland y Washington.

Mendoza contó que entró como recluta, pero con el paso de los años logró ser ascendido a primer sargento, estando al mando de una compañía y sirviendo al par de un capitán.

Narró que apenas había llegado a Kentucky para formar parte de la división 101 de paracaidismo, una de las más prestigiosas, cuando les notificaron que tenían que servir en la primera Guerra del Golfo de 1990.

Mendoza durante su servicio en Irak.

Consultado sobre qué fue lo más difícil de estar en el ejército, respondió que perderse el nacimiento de su primera hija, puesto estaba sirviendo en dicha guerra cuando su esposa dio a luz. En 1991 regresó a Estados Unidos, pero en 2006 fue enviado con el primer grupo que llegó a Irak para entrenar al ejército.

“Operábamos en la frontera con Irán, así que todos los días nos desplazábamos desde la ciudad hasta la frontera, el trayecto era muy peligroso, pero gracias a Dios nunca nos pasó nada”, dijo.

El 30 de octubre de 2009 se retiró del servicio activo, luego de 23 años en el ejército. No obstante, siguió sirviendo como civil en el Sexto Grupo del Comando de Investigación Criminal del Ejército de los Estados Unidos.

El pasado 21 de julio, el sargento Mendoza se retiró de su servicio civil, siendo condecorado con la medalla al Servicio Civil Meritorio, reconocimiento otorgado por las Fuerzas Armadas de Estados Unidos a miembros que destacaron durante sus años de servicio.

Estados Unidos condecora a hondureño por sus 38 años de servicio

Al respecto, manifestó sentirse orgulloso de sus logros y de la formación que le dieron sus padres. “Vengo de una familia humilde, mi mamá vendía comida y mi papá era pintor, ellos nos enseñaron a trabajar y siempre velaron por nuestro bienestar”, expresó. Destacó que este reconocimiento también es para su familia, ya que sin su apoyo “nada de esto habría sido posible”.

Desde hace unas tres semanas, Mendoza descansa en su casa junto a su esposa y disfruta de jugar golf. Entre sus planes a futuro está emprender un negocio con sus hermanos en Honduras y dedicarse a hacer voluntariado para ayudar a personas que carecen de recursos.

El destacado hondureño finalizó la entrevista aconsejando a los jóvenes que sean disciplinados y trabajen duro por conseguir lo que quieren, ya que, aunque al principio requerirá sacrificios, con el tiempo aprenderán que todo esfuerzo tiene una recompensa y que no hay más barreras que las mentales.