San Pedro Sula. El amor a Dios y el férreo deseo de ver convertidas a sus dos pequeñas hijas en profesionales, impulsan cada día a Luis Maldonado a luchar, luego que su amada esposa falleciera hace siete meses tras la cesárea de su segundo retoño.
Luis Alfonso Maldonado Mejía (de 33 años) y Suseli Alejandra Rodríguez se conocieron muy jóvenes; ambos, hijos de un par de taxistas muy amigos; sin embargo, fue en la universidad que se reencontraron y el amor floreció en una relación de noviazgo de tres años, para luego desposarse en el altar y vivir un matrimonio de seis años, que acabó con el último aliento de Suseli en una sala del hospital Leonardo Martínez Valenzuela.
Ella era una mujer sana, con muchos sueños, carisma y corazón. Luis la recuerda entre lágrimas y pese al dolor que siente por su desaparición física, tiene la esperanza de volver a verla en el reino de Dios gracias a su fe cristiana.
Fruto del amor de esta pareja, a los dos años de casados, nació Darah Alejandra (5 años) y en el momento que Suseli se complicó llevaba en su vientre a un bebé de siete meses y dos semanas, que fue llamada Hannah Zoé.
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Suseli se complicó a raíz del virus del covid 19 y presentaba daño pulmonar. Se le tuvo que hacer una cesárea, pero su salud seguía muy comprometida. Tras el nacimiento de Hannah, su esposo pasó en vigilia hablando con Dios por un milagro, y la muerte de su esposa no se cruzaba por su cabeza; pero “Dios tomó una decisión”.
Luis, desvelado, salió hacia el hospital en su carro el 24 de agosto de 2021 para ir a ver a su amada, pero en el camino recibió la trágica noticia por celular y en medio del inmenso dolor le pidió a Dios la fortaleza para llegar al hospital, afrontar la vida sin su media naranja y ser un padre amoroso para sus hijas.
Aunque su esposa no sobrevivió, Dios sí hizo un milagro al salvar a Hannah, un bebé prematuro que en la actualidad es una niña muy sana y hermosa. Luis ha cumplido con su rol de padre, aunque hay días en los que siente mucha tristeza y anhela a su amada entre lágrimas como lo fue el pasado 28 de marzo, fecha en que ella cumpliría 38 años.
“Yo la amo, pero ya no puedo recibir ese amor de ella, pero sí tengo la fe y la esperanza de que un día la volveré a ver. El gran sueño que tengo, por el cual le pido a Dios, es ver realizadas a mis dos hijas. Escuchar alabanzas, prédicas y las oraciones han sido mi fortaleza. Pido a las embarazadas que se vacunen contra el covid”, finalizó.
