En la última década, la ciudad ha experimentado un notable incremento en la construcción de proyectos verticales, impulsado por factores como el elevado costo de la tierra y la creciente demanda habitacional.
Este fenómeno ha transformado el paisaje urbano de la metrópolis y ha tenido un impacto significativo en la economía local, de acuerdo con expertos en el rubro de la construcción.
El auge de edificios verticales en San Pedro Sula comenzó en 2015, con un incremento en la construcción de torres residenciales y de oficinas. Aunque en 2019 se observó una disminución en la oferta de estos proyectos, para 2023 se reportó la construcción de más de 10 torres simultáneamente.
En la actualidad, al menos 28 torres están en fase de construcción en diferentes sectores de la ciudad y otras cuatro comenzarán a edificarse próximamente, según Josué Cover, director de prensa de al alcaldía.
El funcionario indicó que la mayoría de estos proyectos están desarrollándose en el sector noroeste y noreste de la ciudad, aunque la proyección a mediano plazo es que también lleguen a otras zonas menos urbanizadas como el sector sur.
Consideró que la simplificación de trámites por parte de la administración actual han impulsado la edificación de proyectos de este tipo, tomando en cuenta que están a la espera de permisos de construcción más de 40 proyectos verticales, los cuales esperan estén construido en los próximo cinco años.
Contabilizando las cerca de 30 torres ya construidas y las más de 40 que se esperan lo estén en los siguientes cinco años, San Pedro Sula contará con más de 70 complejos verticales.
Ramón Medina, empresario de la construcción y exgerente de la municipalidad sampedrana, detalló que entre los edificios construidos más destacados está Nuevos Horizontes Bussines Center, de 135 metros de alturas y 35 niveles. También Igvanas Tara Eco City, con 122 metros y 35 niveles.
Ventajas y desventajas de los proyectos verticales
Medina consideró que sin duda las lotificaciones verticales son una alternativa viable, pero como todo tiene sus pro y sus contra.
Indicó que entre los beneficios está que permiten aprovechar mejor el suelo disponible en áreas urbanas densamente pobladas, al tiempo que facilitan la provisión de servicios públicos y fomentan la creación de empleos y la inversión.
Entre las desventajas enumeró el alto costo de la inversión y mantenimiento de los proyectos verticales, además, generalmente estas soluciones habitacionales aumenta la densidad poblacional, lo que puede llevar al congestionamiento y presión de los servicios.
A la fecha la ciudad cuenta con 11 edificios que superan los 70 metros de altura y hay 15 en construcción de similares características. Un edificio vertical representa una inversión mínima de L250 millones y la creación de más de 300 empleos directos.
Los expertos anticipan que la tendencia hacía la construcción vertical en la ciudad continuará en ascenso, motivada por optimizar espacios debido al elevado costo de terrenos y a la creciente demanda de viviendas no inundables.