José Eduardo es uno de los cuatro bebés que nacieron mediante el procedimiento de reproducción asistida en el Hospital del Valle durante la cuarentena decretada a causa del COVID-19.
Los padres decidieron llamarlo así en honor al ginecólogo Eduardo Bueso, especialista en crear vida en el laboratorio desde 1978.
500
bebés, aproximadamente, han nacido mediante fertilización in vitro en el Hospital del Valle y la clínica Bendaña desde 1978.
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Relató que el anhelo se veía difícil de alcanzar, pues su compañera tiene 44 años y ya habían hecho varios intentos, mediante otros métodos, por traer al mundo a su primer retoño.
Averiguando por internet se dio cuenta que en manos del doctor Bueso habían nacido decenas de niños mediante los métodos de inseminación artificial y fertilización in vitro, las dos ramas de la fertilización asistida.
Médicos colocan a un recién nacido junto a su madre.
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José Eduardo nació el pasado 13 de abril, en el fragor de la pandemia, mediante el procedimiento de fertilización in vitro que consiste en juntar el óvulo y el espermatozoide fuera del útero, es decir en un laboratorio.
A los cinco días de haberse dado la fecundación, el embrión es transferido al vientre de la madre con un reforzamiento hormonal, explicó el doctor Bueso. Mientras que la inseminación artificial consiste en colocar semen, previamente preparado en un laboratorio, en el interior del útero. De esta forma se consigue aumentar las probabilidades de que el óvulo quede fecundado por el espermatozoide y, por tanto, que el embarazo ocurra.
El doctor Bueso es pionero en fertilización asistida.
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Considera que el nacimiento de estas vidas representa un renacer a la esperanza en estos tiempos de crisis.
“Como dijo el papa Francisco, ver nacer a un niño en esta época de tantas muertes significa cuidar una esperanza que es más fuerte que la muerte”.
En cuanto a la relación entre coronavirus y embarazo, dijo que no se ha podido demostrar que haya transmisión del virus de la madre al bebé. La infección fue originalmente por animales, pero la transmisión actual es de persona a persona por gotas respiratorias o por contacto directo con superficies contaminadas.