Doce accidentes a la semana, dos al día, protagonizan los buses y rapiditos en San Pedro Sula, según las estadísticas de la Dirección de Tránsito.
Al mes son alrededor de 48 percances, de los que al menos el 2% termina en tragedia.
El pasado martes, un bus rapidito en que viajaban 16 pasajeros volcó tras estrellarse contra un pick up en el barrio Las Acacias.
El accidente, que dejó siete personas heridas, se produjo luego de que el motorista del autobús se desviara de su ruta habitual y no hiciera un alto en la intersección de la 8 calle con la 4 avenida, según la Policía de Tránsito.
Afortunadamente no falleció nadie. Debido a la falta de control en el transporte público, no solo sufren los pasajeros, sino los conductores que temen incluso colocarse al lado de un rapidito por temor de sufrir un accidente.
En un recorrido, el lente de LA PRENSA logró captar la irresponsabilidad de muchos choferes del servicio de transporte público urbano en San Pedro Sula.
A diario cometen imprudencias, como pasarse el semáforo en rojo, conducir a alta velocidad, no estacionarse en los lugares adecuados y establecidos. La pelea de rutas es común.
En las horas pico, el pavimento de San Pedro Sula se convierte en una selva, por la ley del más fuerte.
En la 2 avenida, 2 y 3 calles, sureste, abajo de la Dirección Ejecutiva de Ingresos (DEI), el desorden es continuo.
Un oficial de tránsito hace sonar su silbato como única manera de que los buses se muevan; sin embargo, una cuadra adelante se detienen sin importar que no sea una parada reglamentaria.
Olvin Villanueva, jefe de Sistema de Investigación Accidentes de Tránsito (Siat), dijo que las causas son varias. “A veces van hablando por teléfono, no respetan los altos, se cruzan los semáforos en rojo”.
Las autoridades reconocen que, a pesar de que colocan más elementos para que no se haga doble fila, no han logrado controlarlo.
En su pelea por subir más pasajeros se estacionan en doble fila y no dejan espacio para que los conductores circulen.
“No hemos podido controlar que anden con más pasajeros que los permitidos. Hemos puesto operativos en diferentes puntos para disminuir los accidentes y que no cometan faltas viales”.
En la 3 avenida, primera calle, hacia el noroeste, un bus de la Ruta 7 se pasó la luz roja.
Alejandra Suárez, una sampedrana, al ser consultada sobre el tema, contó que sufrió un accidente porque un bus no hizo el alto e impactó con ella. “Gracias a Dios no me pasó nada grave”.
Así como ella, muchos sampedranos lamentan la forma de conducir de los rapiditos.
“Cuando voy por el bulevar que viene de La Lima, manejo con gran precaución porque estos motoristas abusivos hacen doble fila y se nos meten a los conductores”, se quejó Wilson Guitérrez.
Nelson Fernández Toro, presidente de la Federación de Transporte de Servicios Especiales de Honduras (Fetraseh), dijo que las faltas de los motoristas ocurren en las paradas porque solo hay 50 metros entre ellas.
“Abusan mucho de la velocidad. Algunos menores andan conduciendo. No tienen prudencia”. Los choferes deben tener una edad mínima de 25 años.