El aumento del flujo del comercio internacional de los países del Triángulo del Norte está inyectando más dinamismo a estas economías, pero al mismo tiempo ejerce una presión descomunal sobre los puertos marítimos por el mayor número de contenedores que embarcan y desembarcan.
Después de la pandemia del covid-19, todos los puertos de Guatemala, El Salvador y Honduras han tenido que encarar esta realidad. Y esto lo hacen en medio de parálisis operativas o saturaciones de contenedores en sus recintos, protestas de transportistas y reclamos de los actores de la cadena logística por las demoras en los procesos de importación y exportación.
La lentitud que se apodera de los puertos, que se traduce en extensas filas de camiones en las calles de las ciudades, como Puerto Cortés en Honduras y Puerto Barrios en Guatemala, ha despertado preocupación en los operadores, quienes están buscando soluciones con el fin de ajustar las terminales de contenedores con la necesidad del mercado.
Puertos al tope
La Operadora Portuaria Centroamericana (OPC), concesionaria de la terminal de contenedores de Puerto Cortés, pasó de recibir 559,000 TEUS (contenedores de 20 pies) en 2019 a 748,000 en 2024, según cifras proporcionadas por esa compañía a LA PRENSA.
Mientras el sistema portuario de Guatemala, integrado por los puertos Quetzal, Santo Tomás de Castilla y Terminal Ferroviaria Puerto Barrios, de operar 849,041 contenedores en 2029 pasaron a 1,042,593 en 2024, según la Comisión Portuaria Nacional (CPN) de Guatemala.
El Salvador, igualmente, ha experimentado un aumento en el flujo de mercancías transportadas en contenedores.
Los puertos de ese país han estado moviendo más de 255,00 TEUS anuales en el último quinquenio, frente a 190,643 de hace 10 años (2015), de acuerdo con cifras de la Comisión Centroamericana de Transporte Marítimo (Cocatram).
Causas
Eny Bautista, gerente sénior comercial de OPC, le explicó a LA PRENSA que efectivamente “la saturación en los puertos del Atlántico de Guatemala, Honduras, y también en el Pacífico (Guatemala, El Salvador y Honduras) se debe a varios factores que están interrelacionados.
Ha habido un incremento en el volumen de tráfico: las importaciones y exportaciones han incrementado significativamente, lo que realmente ha llevado a una congestión de las terminales portuarias, predios y también patios de contenedores”.
Periodistas de LA PRENSA constaron en aduana de Corinto, entre Honduras y Guatemala, que transportistas de mercancías demoran varias horas o días en ese puesto fronterizo por no hacer la Declaración Única Centroamericana (Duca) anticipada por medio de las plataformas electrónicas.
Estos transportistas, tanto de Guatemala como de Honduras, llegan a Corinto con los contenedores y esperan que un tramitador realice las gestiones ante las autoridades de aduanas para que les inspeccionen la carga y autoricen la salida.
Ferdin Portillo, un transportista que trasladaba un contenedor de fertilizantes de la capital guatemalteca hasta Puerto Cortés, esperaba en Corinto la revisión del contenedor. Mientras tanto, el camión lo tenía estacionado a la orilla de la carretera, por donde transita carga que también va para puertos marítimos de ambos países. “Yo llegué en la madrugada del viernes y hoy, como es sábado, trabajan hasta mediodía.
No creo que logre hacer el trámite. Me tocará quedarme aquí y viajar hasta el lunes a Puerto Cortés”, dijo Portillo, quien no hizo la declaración anticipada y realizaba las gestiones por medio de un tramitador.
