Por su consistencia cremosa y su dulzura que no empalaga, los cheesecakes son la fascinación de muchos. Se pueden hacer de cualquier tipo de queso, incluso de gouda o azul, aunque la versión más conocida es con queso crema.
Para: 8 porciones
Tiempo de elaboración: 3 horas 30 minutos
Grado de dificultad: sencillo
Ingredientes
1 2/3 de taza de chocolate blanco troceado
½ taza de crema
3 1/3 tazas de queso crema suavizado
1 taza de azúcar
1 cucharadita de sal
6 huevos
1 cucharadita de extracto de vainilla
½ taza de chocolate semi amargo troceado
Dulce de leche
Para la base
1-1/2 taza de migajas de galletas
1/3 de mantequilla o margarina suavizada
Preparación
Derretir chocolate blanco y crema a baño María. Cubrir con plástico autoadherente y reservar.
Para la base mezclar las migajas con la mantequilla hasta formar una masa y presionarla para colocarla en el fondo de todo el molde.
Colocar en la batidora queso, azúcar y sal. Batir con pala, a velocidad baja, por un minuto, a velocidad media por un minuto y a velocidad alta por otro minuto.
Agregar los huevos, de dos en dos, batiendo a velocidad media por 15 segundos y limpiando los bordes después de cada incorporación. Añadir vainilla y la mezcla de chocolate.
Batir a velocidad media por 15 segundos más. Retirar el tazón y mezclar con una espátula de silicón hasta incorporar.
Verter la mezcla en el molde con la base de galletas. Hornear a baño María por 15 minutos a 120 °C. Bajar la temperatura a 100 °C y hornear hasta que la temperatura interna alcance los 75 °C, o que se sienta como flan, aproximadamente 2 horas y 45 minutos. Apagar el horno y dejar el cheesecake dentro por 2 horas más.
Retirar y dejar enfriar a temperatura ambiente por 1 hora. Refrigerar una noche antes de desmoldar. Decorar con trozos de chocolate y dulce de leche.