Tegucigalpa, Honduras
Ya no es un novato, pero sigue proyectando la imagen de un outsider en la arena política hondureña. Tres nombres y dos apellidos lo identifican: Salvador Alejandro César Nasralla Salum, aunque para la mayoría es, simplemente, Salvador Nasralla.
Su biografía no cabe ni un slogan de campaña ni en los 140 caracteres de un tuit. Ingeniero civil de profesión, con una maestría en Administración de Empresas, fue docente universitario; es presentador de televisión, comentarista deportivo y columnista. A ello se suma que fundó dos partidos políticos —hoy prácticamente invisibles— y llegó a ser designado presidencial de Honduras.
Hoy se le conoce como el candidato presidencial del Partido Liberal, que promete convertir a Honduras en un polo de desarrollo, uniendo los puertos con carreteras y las zonas productoras, y con amplias posibilidades de ganar la presidencia.
La vida de Salvador Nasralla siempre ha estado sintonizada con la televisión. Nació el 30 de enero de 1953, el mismo año en que la coronación de Isabel II se convirtió en el primer gran evento transmitido a escala global y apenas seis años antes de que la televisión llegara a Honduras. Hijo de Alejandro Nasralla, de ascendencia libanesa, y de Alicia Salum, chilena radicada en el país, creció en un hogar donde las culturas se entrelazaban tanto como las pantallas que luego dominarían su vida.
Hoy, a sus 72 años y en plena campaña electoral, Nasralla emprende su tercer intento directo por llegar a Casa Presidencial —cuarto, si se toma en cuenta aquella elección en la que cedió su candidatura a Xiomara Castro como parte de una alianza política.
Se presenta como el “único candidato de manos limpias”, un lema con el que intenta marcar distancia incluso de figuras de su propio Partido Liberal, algunas señaladas por el Ministerio Público.
Su historia pública está indisolublemente ligada a los medios y a la empresa privada. Él mismo reconoce que “en televisión se gana mucho dinero”, y su carrera lo respalda: es presentador deportivo, conductor de X-0 da Dinero y entrevistador de artistas nacionales e internacionales.
Ese rostro omnipresente le ha valido el título de “El señor de la televisión” en Honduras, reforzado por frases que ya forman parte del imaginario popular, como su entusiasta “¡vamos Honduras!” o el célebre “¡tenemos portero!” cuando narra los partidos de la Selección Nacional.
Candidatura liberal
Nasralla guardó las calzonetas y camisetas de playa que usaba para presentar los programas de televisión y los cambió por trajes formales y atuendos de pantalones y camisas ceñidas, de rojo y blanco, para visitar los rincones de Honduras en su campaña.
Desde que decidió unirse al Partido Liberal, en julio de 2024, tras renunciar al cargo como designado presidencial del partido oficialista Libertad y Refundación (Libre), comenzó a visitar todos los departamentos de Honduras, en carro y helicóptero, casi siempre tomado de la mano de su esposa, la diputada Irohska Elvir.
En sus caminatas y concentraciones ha propuesto eliminar la corrupción, extraditar a los narcotráficantes, generar empleo, combatir la criminalidad, construir hospitales, mejorar la educación y atraer la inversión a Honduras.
Para el analista político, Luis León, no se ha visto un plan de gobierno oficial de Nasralla que permita hacer una evaluación sobre si existe una visión clara de los problemas que tiene Honduras y cómo atenderlos, sobre todo cuáles son los resultados que espera de los mecanismos que implementaría.
Nasralla, por su parte, aprovecha cualquier espacio de foro y debate para exponer sus propuestas, contrario a sus adversarios más fuertes, Rixi Moncada de Libertad y Refundación (Libre) y Nasry “Tito” Asfura, del Partido Nacional.
En el foro Honduras Conversa 2025, desarrollado por el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Nasralla se calificó como un hombre de costumbres cristianas, temeroso de Dios y que con mucha lucha se preparó académicamente. LA PRENSA intentó entrevistarlo, pero no se pudo acordar una fecha con su equipo previo a la publicación de esta semblanza.
Nasralla en la política
Al ver el desorden y la corrupción que se imponían en Honduras, Nasralla decidió que ya era momento de dar el salto a la política. Desde 2010 lo tenía en mente y, mientras Netflix se expandía por Latinoamérica en 2011, él lanzaba su propio proyecto: el Partido Anticorrupción (Pac).
Su debut electoral llegó en 2013, enfrentándose a figuras de peso: Juan Orlando Hernández —hoy preso en Estados Unidos por narcotráfico—, Xiomara Castro —actual presidenta— y Mauricio Villeda —heredero de una familia política histórica—.
Aunque no ganó, dio una campanada: convirtió a Cortés, el departamento con más votantes, en su bastión. Desde entonces, el “nasrrallismo” se transformó en un imán para el voto independiente y un dolor de cabeza para los partidos tradicionales.
Pero su historia política, como suele ocurrir con él, tuvo un giro inesperado. En 2017 fue apartado del PAC por una resolución del CNE, que dejó el partido en manos de Marlene Alvarenga. Aun así, volvió al escenario principal como candidato de la Alianza de Oposición ese mismo año. Sostiene hasta hoy que ganó aquellas elecciones y que un fraude le arrebató la Presidencia.
Sin su primera plataforma política, y en tiempos en que las plataformas de streaming entraban en su propia batalla, Nasralla fundó en 2019 el Partido Salvador de Honduras (PSH). Con él se lanzó nuevamente a la contienda presidencial de 2021.
Sin embargo, a pocas semanas de las elecciones, dio otro paso inesperado: renunció para unirse a Libre como designado presidencial en una nueva alianza que terminó llevando a Xiomara Castro a Casa Presidencial.
En 2024, decidió abandonar el segundo partido que había formado para ser la principal apuesta del partido de la bandera rojo blanco y rojo, que después del golpe de Estado de 2009 no había tenido tantas esperanzas de triunfo como ahora.
Este largo recorrido le ha dado a Nasralla 14 años de experiencia política, repartidos entre cuatro partidos y varios virajes ideológicos. Hoy protagoniza un capítulo peculiar: intenta sacar del poder al mismo partido al que ayudó a llegar a la presidencia.
La esperanza liberal
Con la moral decaída en los últimos 15 años producto del cisma con Libertad y Refundación, el partido inspirado por las ideas de Celeo Aries y fundado por Policarpo Bonilla encontró en un candidato sin pasado liberal el revulsivo político.
Marlon Lara, diputado y dirigente liberal, expresó que el hecho que Nasralla se haya sumado al Partido Liberal despertó nuevamente el entusiasmo en el liberalismo y ha logrado atraer a muchas personas que desistieron de apoyar a esa institución política con los acontecimientos de 2009.
“Al incorporarse, el partido se vuelve competitivo y ha sido un entusiasmo enorme a nivel nacional, a tal grado que ahora el Partido Liberal es el de las preferencias del liberalismo, del voto joven, del voto independiente y ya lo pone como la primera fuerza a nivel nacional”, resaltó Lara.
Para León, Salvador ya no es un outsider, pese a los calificativos comunes. Es un político más y cuatro procesos electorales respaldan esa tesis, pues su principal debilidad siempre fue que no tenía estructura para la defensa del voto, y ahora el Partido Liberal sugiere que sí puede ayudarle a defender los sufragios.
El analista también se refirió a las encuestas que lo perfilan como triunfador, afirmando que Salvador siempre ha estado posicionado: en 2013 fueron más 400,000 votos los que obtuvo, sin contar con la estructura partidaria. Para él, eso es significativo.
"La ventaja que tiene Salvador para este proceso es que está dentro de un partido que le está prometiendo poder hacerlo (ganar las elecciones), así que posibilidades tiene, pero depende de un montón de factores más que deben configurarse para poder competir lealmente por esta elección", consideró León.
El mensaje del presidenciable liberal es que cuando se actúa de forma honesta, el dinero alcanza para que la gente tenga la calidad de vida que merece, copiando frases del presidente de El Salvador, Nayib Bukele. En entrevistas, incluso, aseguró que implementará un plan de seguridad similar en Honduras.
Los cuatro pilares de su plan de gobierno, si llega a ser presidente son: democracia y estado de derecho, bienestar social, bienestar económico, seguridad alimentaria y prosperidad rural.
Basado en lo anterior, promete un gobierno que garantice la gobernabilidad, la transparencia, anticorrupción con rendición de cuentas, un gobierno digital, con un régimen departamental y de municipalismo con respeto al ser humano y a la familia.
Empleo y voto joven
Su rival, Rixi Moncada, ha señalado que Nasralla es el candidato de la empresa privada, aunque varios analistas explican que esta etiqueta no necesariamente afecta sus aspiraciones, pues llega a su cuarto intento con un plan de gobierno estructurado y propuestas definidas que lo revisten de más seriedad y lo alejan de la figura de showman.
Nasralla es del criterio que Honduras tiene las oportunidades de generar trabajo. "El empleo lo produce la empresa privada, no es el Estado el que produce el empleo, el 85% del empleo lo produce la empresa privada nacional e internacional", afirmó en el foro del Cohep.
Para lograr plazas de trabajo es consciente que se debe crear un Estado competitivo, donde el costo del dinero esté al alcance de los inversionistas, que la energía eléctrica no tenga un alto costo y contar con una infraestructura que permita el desarrollo.
El candidato liberal sabe que el talón de Aquiles de los hondureños y, especialmente, de los jóvenes es la falta de trabajo digno y la desigualdad social.
Ante eso, presentó seis soluciones en su plan de gobierno: generación de condiciones para el empleo masivo en los primeros cuatro años, reformas al Código de Trabajo para el empleo por hora, normalización de la política monetaria, racionalización del gasto público, industrialización de la economía a través de la expansión de los polos de desarrollo y crear una nueva Ley de Apoyo y Fortalecimiento a la Micro y Pequeña Empresa.
Resulta llamativo que, entre los aspirantes presidenciales, sea justamente Nasralla, el segundo de mayor edad —con 72 años, solo por detrás de Nelson Ávila—el favorito de los jóvenes. Es una paradoja que revela hasta qué punto ha logrado desprenderse de la imagen que lo hizo famoso en la televisión, un medio que hoy pierde terreno frente a las plataformas digitales.
Nasralla y su equipo apuestan con fuerza por ese electorado: según el Registro Nacional de las Personas (RNP), cerca de 800,000 jóvenes podrán votar en las próximas elecciones. No obstante, la juventud sigue indecisa, indican las encuestas.
En los círculos políticos también se maneja que atrae al voto independiente y a nivel de calle corre el ruido que algunos nacionalistas planean cruzar el voto para sacar a Libre del poder, hecho que varios dirigentes del Partido Nacional negaron a este medio.
León explicó que, recientemente, en una encuesta realizada en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) se detectó que tres de cada cinco jóvenes universitarios no han decidido por quién votar.
“Eso ya es un indicador importante para decir que no tiene el arrastre total de la juventud, pero hay cierta simpatía porque es espontáneo, no planificado, no ordenado, y la juventud actual simpatiza mucho con eso”, expresó sobre el candidato que entre jóvenes se conoce como "Salva" y "Salvita".
El candidato plantea también mejorar los puertos, como Puerto Cortés en el Atlántico y Henecán, en el Pacífico; además de preparar a los hondureños para que tengan capacidad laboral y que Honduras sea competitiva.
Por ejemplo, tiene planificado la construcción de la cartera territorial, integrada por 24 proyectos que conecten la producción con los puertos por medio de una ejecución equilibrada por zonas, desde el norte, oriente, centro, occidente y sur, que además permita descongestionar las principales ciudades de Honduras.
Lara, por su parte, expresó que Nasralla es el único que está presentando una propuesta de gobierno en beneficio de los hondureños y por eso el Partido Liberal se ha complementado con él, para cuidarle el voto en las urnas el día de las elecciones.
Propuestas
El inicio de la educación profesional de Salvador fue en el prestigioso Instituto San Francisco, destacándose como uno de los mejores alumnos de su generación; luego se graduó como ingeniero civil industrial en la Pontificia Universidad Católica de Chile, en 1976.
Nasralla, además, obtuvo una maestría en Administración de Empresas, convirtiéndose en uno de los primeros hondureños en lograr un título de posgrado. Pese a sus títulos universitarios, su vida la ha dedicado a los medios de comunicación.
Su carrera la inició en radio, trabajando en Emisoras Unidas entre 1966 y 1969, y también colaboró en Uniradio y Radio Católica. Ha sido director y presentador del programa televisivo 5 Deportivo, que ha mantenido una transmisión ininterrumpida por más de 40 años.
Entre sus propuestas para la educación de Honduras, Nasralla pretende garantizar el acceso equitativo e inclusivo a los centros de formación, con un programa de tutorías comunitarias por medio de estudiantes universitarios, dando reforzamientos de español y matemáticas a los niños y jóvenes.
Propone un nuevo Instituto de Formación Profesional (Infop) y la reconstrucción de 2,000 escuelas por año.
Su plan en salud busca reequipar y restaurar la red hospitalaria, construir dos hospitales universitarios y dos de trauma, modernizar los hospitales regionales y los 298 centros de salud con dispensación automatizada de medicamentos.
El presentador en sus programas de televisión siempre fue crítico de los gobiernos centrales y municipales, surgiendo con el paso de los años el anhelo de ser presidente de Honduras, con la propuesta incorruptible y de instalar la Comisión Internacional Contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (Cicih), pero aún no lo ha logrado.
En su plan de gobierno incluye un Sistema Nacional de Protección Social (SNPS), programas de masificación del deporte, la ciencia, el arte y la cultura para involucrar a los niños y jóvenes de acuerdo con sus habilidades.
Familia
Nasralla mantuvo la mitad de su vida como uno de los solteros más cotizados de Honduras, hasta que en 2016, es decir, a los 63 años, contrajo matrimonio con la modelo Iroshka Elvir, quien tenía 24 años en ese entonces.
Como fruto de ese amor nacieron sus dos hijos: Alicia Victoria y Salvador Gabriel Nasralla Elvir, a quienes el candidato presidencial, dentro de su ajetreada agenda, siempre busca darles un espacio para compartir.
Dentro de sus planes incluye al ser humano y a la familia como base fundamental de la sociedad, garantizando los derechos humanos, teniendo en primer lugar de la agenda a la niñez, así como la protección a la mujer y crear redes de apoyo a la tercera edad.
Uno de los pilares fundamentales de todo gobierno es la seguridad alimentaria, que "haya comida en el plato de los hondureños", por lo que contempla dinamizar la economía rural, incrementando de forma sostenible la producción nacional de granos básicos y alimentos frescos.
La propuesta se complementa con la implementación de sistemas de riego y cosechadoras de agua, incluyendo paquetes tecnológicos para pequeños y medianos productores, con crédito y seguros, reza el plan de gobierno.
En seguridad y defensa, Nasralla y los liberales proponen la derogación del Consejo Nacional de Defensa y Seguridad (CNDS) para romper la subordinación de los otros poderes del Estado al Ejecutivo.
También planea ponerle fin al estado de excepción, crear la unidad integral contra el terrorismo, la continuidad del tratado de extradición con Estados Unidos y el fortalecimiento del Sistema Nacional de Emergencia (SNE-911).
“Voten por el Partido Liberal, voten por el ingeniero Salvador Nasralla, porque es la opción verdadera que tiene este país para que en el próximo gobierno se puedan realizar muchas políticas públicas en beneficio del pueblo hondureño”, invitó Lara, mostrándolo como un candidato diferente.