A un mes de las elecciones generales del 30 de noviembre de 2025, el Termómetro Electoral del Instituto de la Justicia, elaborado junto a la firma internacional Le Vote, vuelve a situar a Salvador Nasralla como el candidato con mayor intención de voto a nivel nacional.
LA PRENSA Premium obtuvo acceso exclusivo a los resultados de la segunda encuesta, que se presentará este jueves a las 10:00 a.m. en el salón Paz y Justicia de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ).
Esta segunda entrega del estudio fue aplicada a 2,033 personas en más de 220 municipios de los 18 departamentos del país, entre el 22 y el 27 de octubre de 2025, es decir, dos semanas después de la primera encuesta.
De acuerdo a los resultados, Nasralla lidera con 26% de las preferencias, seguido por Nasry “Tito” Asfura del Partido Nacional con 20%, y Rixi Moncada del Partido Libre con 16%.
En menor escala aparecen Nelson Ávila, del Pinu, con 2.3%, y Mario Rivera Callejas, de la Democracia Cristiana, con 1%.
En contraste, un 11% de los consultados dijo que no desea que ninguno de los candidatos actuales ocupe la presidencia, mientras que 24% aún no sabe o prefirió no responder.
En la primera entrega de la encuesta, publicada el 16 de octubre, Nasralla encabezaba con 26%, Asfura con 21% y Moncada con 14%.
Aunque las posiciones se mantienen, el nuevo sondeo evidencia un ligero aumento en la indecisión (de 22% a 24%) y una estabilidad en el liderazgo de Nasralla, especialmente en las zonas urbanas, donde alcanza 29%, frente a 23% de Asfura en el área rural.
Asimismo, los jóvenes entre 18 y 29 años siguen siendo el grupo más inclinado hacia Nasralla, con 30% de intención de voto, mientras que Asfura concentra su mayor apoyo (23%) entre los mayores de 50 años.
En cuanto al voto decidido, Salvador Nasralla se mantiene con un 40%, mientras que Nasry Asfura descendió dos puntos, pasando del 33% al 31%, y Rixi Moncada aumentó dos puntos, de 23% a 25%.
Metodología
60%
de los encuestados
afirmó no haber recibido información sobre las propuestas de los candidatos en campaña
El Termómetro Electoral destaca por su metodología pública, verificable y validada internacionalmente.
Al igual que la primera ronda, esta segunda encuesta fue telefónica, de carácter voluntario y confidencial, sin incentivos para los participantes.
“Este método garantiza amplia cobertura y representatividad nacional, abarcando los 18 departamentos y 290 municipios del país. Al incluir personas que no suelen estar en casa y eliminar limitaciones geográficas o de seguridad, se logra un alcance más equilibrado y diverso”, menciona el Instituto de la Justicia.
El diseño muestral, con un error de ±2.18% y nivel de confianza del 95%, fue revisado por siete expertos internacionales, entre ellos académicos de la Universidad de Michigan, Vanderbilt, Washington y Salamanca.
Los organizadores señalan que mantener el mismo diseño técnico entre ambas entregas permite que los cambios observados reflejen variaciones reales en la opinión pública, y no diferencias metodológicas.
Percepción
Aunque la intención de voto se mantiene estable, los niveles de confianza en el proceso electoral se deterioran, señala el documento.
Solo 27% de los encuestados confían plenamente en que los resultados que divulgará el Consejo Nacional Electoral (CNE) reflejarán la voluntad de los votantes, mientras que un 30% dijo no confiar y un 34% respondió “tal vez”.
Entre los encuestados, los seguidores de Libre muestran mayor confianza en los resultados del CNE (55%), mientras que solo el 16% de los no partidarios comparten esa confianza.
La percepción de fraude electoral aumentó de 46% a 54% entre la primera y la segunda encuesta, y apenas 12% cree que los comicios serán “muy limpios”.
Aun así, el 62% aseguró que sí piensa votar en noviembre, una leve mejora frente al 61% registrado en la primera ronda.
Riesgos
Otro de los hallazgos más sensibles del estudio es que el 12% de los encuestados afirmó que en el último año alguien le ofreció dinero, arreglos en su casa o un puesto de trabajo a cambio de su voto.
De estos, el 41% dijo haber recibido dinero y otro 41% mejoras en su vivienda, mientras que un 31% aseguró que le ofrecieron un puesto de trabajo.
Además, el 43% aseguró haber visto mucha información falsa durante la campaña política, especialmente las personas con educación media (50%).
La encuesta también refleja el impacto social del clima político, pues el 15% de los hondureños reconoció haber roto relaciones familiares o de amistad por diferencias políticas, siendo la cifra más alta entre la población urbana (5% dijo haber roto “muchas” relaciones).
A medida que se acercan los comicios, el Termómetro Electoral muestra un electorado dividido entre la esperanza de cambio y la desconfianza institucional.
Nasralla mantiene la delantera, pero el escepticismo sobre la transparencia del proceso y la persistencia de prácticas clientelares continúan marcando el pulso del ambiente preelectoral hondureño.
Para el 13 de noviembre estaba programada la tercera y última entrega de la encuesta del Instituto de la Justicia; sin embargo, no podrá ser publicada debido a la restricción establecida en el artículo 237 de la Ley Electoral, que prohíbe divulgar resultados totales o parciales de encuestas y sondeos de opinión dentro de los 30 días previos a las elecciones generales.
El incumplimiento de esta disposición puede ser sancionado con multas que van desde 200 hasta 1,000 salarios mínimos.