Isis Cuéllar gestionó los L8 millones para 4 pavimentos defectuosos
Pavimentos en San Jerónimo y Corquín, Copán, muestran fisuras y filtraciones de agua; expertos advierten que durarían menos de 5 años
- 01 de septiembre de 2025 a las 23:30 /
El concreto y las líneas amarillas son recientes, pero ya se observan fisuras, planchas abiertas y filtraciones de agua en cuatro proyectos de infraestructura ejecutados en dos municipios del departamento de Copán.
Se trata de obras gestionadas por la diputada del Partido Libertad y Refundación (Libre), Isis Carolina Cuéllar , y ejecutadas a través del Instituto para el Desarrollo Nacional (Idena), una ONG que casi durante dos décadas permaneció inactiva y que ahora vuelve a figurar gracias a millones de fondos estatales.
En un reporte del año 2024 al que tuvieron acceso LA PRENSA Premium y EL HERALDO Plus , figura la acreditación de más de ocho millones de lempiras a favor de Idena, pese a que desde 2021 no existe rastro documental de su operatividad.
Lo paradójico es que, a pesar de esa inactividad, Isis Cuéllar habría transferido la totalidad de esos fondos para la ejecución de las obras en los municipios de San Jerónimo (norte) y Corquín (sur), Copán, pero los vecinos y autoridades locales aseguraron que la calidad de las construcciones no corresponde a las cifras oficiales.
De acuerdo con datos procesados a través de informes proporcionados por el Congreso Nacional, en el caso del proyecto hecho en el casco urbano del municipio de San Jerónimo, se desembolsó exactamente 1,498,421 lempiras.
Este pavimento, recién finalizado y con los bordillos pintados, mide aproximadamente 100 metros. Aunque se anunció inicialmente que se levantaría en otra zona, terminó ejecutándose en un punto distinto, sin mayor explicación.
Mientras que para el barrio La Esperanza, siempre en el municipio de San Jerónimo, se transfirió 2,148,702 lempiras para un pavimento de concreto hidráulico. Se trata de un proyecto reciente, al punto que todavía se observan trabajadores en la obra.
Esta calle mide unos 150 metros, de los cuales, según relataron vecinos a este equipo periodístico, en 60 metros, la municipalidad y los pobladores tuvieron que aportar materiales y mano de obra porque el proyecto quedó inconcluso.
La obra se ubica a una cuadra al norte del parque central, junto a un pavimento ya existente. Los pobladores únicamente saben que el proyecto fue impulsado por militantes de Libre, aunque desconocen mayores detalles sobre su gestión o financiamiento.
Para vecinos, expertos y autoridades locales consultados por este equipo, la combinación de un presupuesto millonario con la necesidad de aportes adicionales por parte de la comunidad, abre la puerta a sospechas de sobrevaloración, falta de planificación o irregularidades en la gestión de fondos públicos. No se sabe si los fondos no fueron suficientes o no se administraron correctamente, obligando a los vecinos y a la municipalidad a aportar recursos adicionales.
Esto se deriva de lo visto el pasado 28 de julio, cuando la diputada Isis Cuéllar informó a través de sus redes sociales sobre la entrega de materiales de construcción a la comunidad de La Esperanza.
De acuerdo con su publicación, se destinaron 100,000 lempiras en cemento como respuesta a una solicitud realizada por el patronato local. El objetivo, según posteó, es que los pobladores pudieran ejecutar la pavimentación con concreto hidráulico de un tramo de aproximadamente 60 metros.
En la entrega también participó Selvin Perdomo, candidato a alcalde por el partido Libre, a quien la congresista acompañó durante el evento comunitario.
Previamente, el 7 de marzo, Cuéllar había anunciado a través de sus redes sociales el inicio del mismo proyecto en La Esperanza, pero según la publicación, la obra abarcaría un tramo de 300 metros y contaría con una inversión de 2,999,000 lempiras.
La iniciativa, según argumentó, fue presentada como parte de la gestión del candidato a alcalde Selvin Perdomo, quien de acuerdo con su comunicado, "continúa impulsando proyectos en beneficio de la comunidad".
Lo anterior permite suponer que el proyecto en el barrio La Esperanza está marcado por varias incongruencias que ponen en duda la transparencia de su ejecución.
De entrada, los documentos oficiales registran una transferencia de 2,148,702 lempiras, mientras que la diputada Isis Cuéllar anunció públicamente una obra de 300 metros con una inversión de 2,999,000 lempiras. Sin embargo, en el terreno solo se observa la construcción de 150 metros, lo que refleja una diferencia sustancial entre lo presupuestado, lo anunciado y lo realmente entregado.
A esta discrepancia se suma el hecho de que la obra quedó inconclusa, obligando a los pobladores y a la municipalidad a aportar materiales y mano de obra para cubrir un tramo de 60 metros.
De hecho, en julio de 2024, la propia congresista publicó en redes sociales que estaba entregando cemento valorado en 100,000 lempiras para que la comunidad pudiera completar parte del pavimento.
Este episodio resulta contradictorio, ya que si se habían desembolsado más de dos millones, ¿por qué la comunidad tuvo que asumir la conclusión de la obra con sus propios recursos?
Las contradicciones también se evidencian en los tiempos y anuncios oficiales. En marzo, Cuéllar aseguró que la obra abarcaría 300 metros con casi tres millones en inversión; apenas cuatro meses después informaba sobre la entrega de materiales para que los vecinos concluyeran un tramo de apenas 60 metros.
Esta secuencia nos indica que el proyecto no se ejecutó conforme a lo planeado y que los recursos asignados no fueron utilizados en su totalidad para el fin prometido.
En Corquín la situación es más polémica. En el barrio Buenos Aires, un pavimento de 150 metros valorado en 1,555,312 lempiras ya muestra bases de cemento abiertas y grietas en menos de seis meses de uso.
Esta obra hecha, que está circunvecina a la parte urbana del municipio, mide unos 150 metros lineales y se invirtió 2,997,736 lempiras por concepto de pavimento de concreto.
En un recorrido de campo se constató que el pavimento presenta bases de cemento expuestas y grietas en la superficie por donde transitan los vehículos. De acuerdo con los pobladores, la obra está valorada en aproximadamente dos millones de lempiras.
El caso más llamativo se encuentra en la aldea Potrerillos, de esta misma jurisdicción, ubicada tierra adentro, a 15 minutos del casco urbano y con acceso únicamente por calles de tierra y lodo. Para este proyecto de 400 metros lineales se había destinado oficialmente un presupuesto de 2,997,736 lempiras.
De acuerdo con opiniones de pobladores, se dijo que el proyecto estaba valorado en cuatro millones de lempiras. Estas cifras, aunque no coinciden, se acercan a los números que dio el Congreso Nacional.
Según se verificó, a pesar de que es un proyecto recién inaugurado, ya presenta planchas quebradas, brotes de agua y rajaduras.
Con relación a este proyecto, el pasado 5 de mayo, Cuéllar, vicepresidente del Congreso Nacional, informó a través de sus redes sociales la inauguración.
Según la publicación, la obra abarcaría un tramo de 400 metros y representó una inversión de 3.5 millones de lempiras.
La congresista destacó que la gestión de los recursos fue posible gracias al apoyo de la presidenta Xiomara Castro, con el objetivo de “transformar comunidades olvidadas”.
El pasado 1 de marzo, la congresista, en el ojo del huracán por un supuesto desvío de fondos de un programa similar manejado por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), informaba a través de sus redes sociales sobre el inicio de la ejecución de dos proyectos de pavimento hidráulico en el municipio de Corquín.
El primero de los proyectos correspondía a la comunidad de Potrerillos, según especificó, con un tramo de 300 metros y una inversión de 2,997,736 lempiras. El segundo se desarrollaría en el barrio Buenos Aires, también con 300 metros, pero con un presupuesto menor, de 1,555,312 lempiras.
Según la publicación, estas obras formaban parte de un "plan de transformación de la región, orientado a mejorar la infraestructura en comunidades" que, según la diputada, habían sido históricamente “invisibilizadas”.
La comunicación resaltó la participación política de la diputada y la presidenta Xiomara Castro en la gestión de los fondos y la ejecución de los proyectos.
El proyecto en el barrio Buenos Aires evidencia contradicciones desde sus costos hasta su ejecución. En documentos aparece con un valor de 1,555,312 lempiras para 300 metros, pero en el terreno solo mide 150 metros. A esto se suma que en otra versión oficial se habla de una inversión de 2,997,736 lempiras por el mismo tramo de 150 metros, lo que introduce una fuerte inconsistencia entre los presupuestos reportados.
La obra en la aldea Potrerillos presenta una situación similar. Mientras que Isis Cuéllar informó en marzo que la inversión sería de 2,997,736 lempiras para 300 metros, pobladores aseguraron que se les habló de un costo cercano a los 4 millones.
Para complicar el panorama, durante la inauguración realizada en mayo, la misma congresista declaró públicamente que la obra abarcaba 400 metros y que había representado una inversión de 3.5 millones de lempiras.
Los pobladores de San Jerónimo y Corquín coincidieron en que las calles pavimentadas eran necesarias, pues representan acceso a barrios, aldeas y comunidades, pero también reconocieron que la calidad es cuestionable y que los montos parecen inflados.
De acuerdo con imágenes de LA PRENSA Premium y EL HERALDO Plus, captadas en cada uno de estos proyectos, la principal debilidad de las obras es la falta de cunetas y drenajes, a pesar de que las calles están construidas en zonas con bastante lluvia y suelos arcillosos. Esto significa que el agua corre sobre los bordes de las carreteras y termina infiltrándose debajo de la losa de concreto, lo que con el tiempo socava la base y provoca rajaduras y hundimientos.
Un pavimento de concreto hidráulico, de acuerdo con expertos de ingeniería civil consultados por este equipo, está diseñado para durar 20 años o más, pero sin una buena base y un adecuado control del agua, difícilmente resistirá. Con las condiciones actuales, estos proyectos podrían fallar en menos de cinco años e incluso deteriorarse antes de terminar un ciclo completo de inviernos.
En los proyectos se observaron rajaduras y acabados irregulares, lo que refleja que la obra se habría hecho con mano de obra local sin suficiente experiencia y sin maquinaria especializada, generando así un resultado menos parejo y de menor calidad.
Otro hallazgo preocupante es que, en uno de los proyectos se detectó hasta tres niveles distintos de concreto, cuando lo correcto es fundir la losa de una sola vez, esta mala técnica compromete seriamente la resistencia de la estructura. Además, el espesor mínimo de la losa debería ser de 15 centímetros, pero en algunos tramos apenas llega a 10, lo que la hace más vulnerable al peso de los vehículos.
Algunas de las calles tienen bordillos y juntas para que el concreto no se quiebre, pero lo más importante no se puede ver a simple vista, es decir, la base y los materiales que usaron debajo; si no pusieron los materiales adecuados, el pavimento se va a arruinar pronto.
En este tipo de proyectos ejecutados por ONGs, muchas veces se asigna a personas o pequeños grupos improvisados, recomendados por políticos o allegados, sin que exista una empresa constructora con la experiencia técnica necesaria. Los proyectos revisados, en esta ocasión, son obras que cumplen a corto plazo, pero que carecen de diseño técnico adecuado para garantizar durabilidad.
Para el director ejecutivo de la Cámara Hondureña de la Industria de la Construcción (Chico), Silvio Larios, "el peor enemigo que tienen los proyectos de este tipo es el agua, y cuando se mete abajo, allí empiezan a verse las fallas horribles. Hay que hacer pruebas físicas para ver si cumple con los requisitos con los que se diseñó, pues al ser un pavimento rígido, si abajo está malo, se va a dañar tarde o temprano".
"Esos trabajos no van a durar debido al cambio climático, seguramente con el tiempo se van a hundir. El pavimento de concreto hidráulico se supone que debe durar bastante tiempo, y considero que se pudo mejorar la calidad, pero si se contratan a los albañiles de la zona, ese es el restulados que se va a obtener, cuando debe haber una garantía de calidad", analizó.
"En una obra, por muy perfecta, siempre hay fisuras, por los caprichos que sea, tampoco sé qué material utilizaron allí, si son albañiles de pueblo, ellos habitualmente agarran el material como esté. Estas ONGs lo que hacen es una recogida de gente, un ingeniero de por allí o un maestro de obra, lo que no es correcto. Se hacen sus buscaditas, porque se consideró el contratito con el primo, con el amigo del alcalde, del diputado o de quien sea", ironizó.
Edgardo Pérez, poblador de Potrerillos, expresó su inconformidad al constatar que las fallas aparecieron en tan poco tiempo. "Ya hay brote de agua y se ven grietas, la plancha de concreto se quebró en un metro, y eso es por la carga, porque no le pusieron el material adecuado ni se compactó como debía", relató.
Más allá de las atribuciones políticas, lo que preocupa a los pobladores es la durabilidad del pavimento. “Este pavimento no tiene mucho de haberse hecho y ya presenta fallas. Como nunca se había logrado nada en el municipio, lo que venga lo recibimos bien, pero cuando uno elige a estos políticos, espera que lo valoren”, añadió Pérez.
El costo de la obra también genera dudas. Según los habitantes, el proyecto estaría sobrevalorado en comparación con otros de similares dimensiones en municipios vecinos.
En el barrio Buenos Aires, los vecinos observan con buenos ojos la construcción que inició hace unos cinco meses y que ya está en funcionamiento. Aunque la obra es considerada necesaria y ha mejorado notablemente la vialidad, también existen opiniones encontradas respecto a su amplitud y al costo del proyecto.
Daniel Rivera, habitante de la comunidad y pastor de la iglesia local, explicó que la intervención era urgente debido al deterioro de la calle. “El pavimento es nuevo, aunque quedó un poco estrecho, pero el transporte pesado puede pasar con libertad. Era bien necesario porque cuando llovía el agua se tiraba sobre la carretera, hacía grietas y se llevaba el balastre”, señaló.
El proyecto, según la información que circula en la zona, habría sido gestionado por dirigentes del partido Libre, pero entre la población persisten comentarios sobre el presupuesto asignado. “Algunos dicen que está muy caro, el tema del presupuesto, escucho comentarios y rumores, algunos están a favor y otros en contra de los diputados, pero no podemos decir algo que no nos consta”, expresó el religioso con cautela.
A pesar de las críticas, los vecinos reconocen que la obra representa un beneficio tangible. El pavimento, aunque no amplio como muchos hubieran deseado, ha permitido un tránsito más seguro y ordenado. “El proyecto quedó no amplio a como se pudo haber hecho, de allí, estamos satisfechos de alguna manera, nos favorece de cierta manera”, concluyó el poblador.
El alcalde de Corquín, Amílcar Paz, señaló que los recientes proyectos de pavimento hidráulico en el municipio no fueron gestionados a través de la alcaldía, sino directamente por dirigentes del Partido Libre con fondos provenientes del Gobierno central. Según explicó, la corporación municipal quedó al margen del proceso.
“No los manejamos a través de la municipalidad, sino el candidato a alcalde de Libre, lo hicieron con fondos del Gobierno, supuestamente gestionados por la diputada Isis Cuéllar. No nos tomaron en cuenta, solo vienen a construirlo y uno, por no meterse a problemas, se mantiene al margen”, expresó Paz.
El edil también cuestionó los costos de las obras, al tiempo que comparó que en Potrerillos, hace poco se ejecutó un proyecto de 390 metros lineales con una inversión de 1.4 millones de lempiras, mientras que estos proyectos, con tramos similares de unos 400 metros, costaron más del doble.
Pese a las críticas, Paz reconoció que los proyectos son necesarios y aportan beneficios a las comunidades donde fueron construidos. En Buenos Aires, el pavimento conecta con la carretera hacia Belén, mientras que en Potrerillos se ejecutó en una calle de acceso principal a la comunidad.
“Los proyectos son bienvenidos, allí están y son de beneficio para el municipio. Si ellos lo sobrevaloraron, al final ellos tendrán que rendir cuentas”, advirtió el alcalde.