Omoa y Puerto Cortés, otra vez le hacen frente a toneladas de basura de Guatemala

Por 11 años consecutivos, la franja costera de Cortés sufre por la llegada de enormes cantidades de desechos plásticos, hospitalarios, hule y esteirofón a las playas. Regidor asegura que “el señor Jesucristo vendrá primero” antes que solucionen esta crisis ambiental

Omoa y Puerto Cortés, otra vez le hacen frente a toneladas de basura de Guatemala
  • 26 de septiembre de 2025 a las 06:00 /
Omoa, Cortés

"¿Papá, cómo vamos a hacer para limpiar todo esto? ...Papa, nos va a tocar limpiar el mar, ¿no?"

Es la inocente pregunta, seguida de una respuesta espontánea del pequeño Aarón Martínez de apenas seis años que se queda pasmado frente lo que tiene ante sus ojos: la playa y el mar llenos de basura.

Su padre es Mario Martínez, presidente de la asociación de pescadores de Milla 3 Omoa y graba el estado en que encontró la playa. Mientras hace un paneo con el celular también reflexiona ante lo que tiene enfrente.

“Es una balsa de basura, la verdad pues, que da tristeza cómo el ser humano puede botar todos los desechos a los ríos y después son arrastrados hacia el mar. Y luego viene, y sale aquí en las costas y playas de Omoa, río Coto. Da pena, pero así es esto y lleva años y no cambia. No sabemos qué podemos hacer en este caso”.

Martínez compartió más videos con LA PRENSA Premium que evidencian la realidad que sufren las playas y el mar donde islas de basura dificultan las faenas de pesca y vuelven gris uno de los escenarios más bellos de Cortés.

Él también es residente en Milla 3 donde hace menos de una semana llegó lo califica como una “balsa de basura”. Ese vaivén de desechos no se ha detenido, se va y al día siguiente, vuelve.

Como ocurre cada año en estas fechas en que arrecia la temporada lluviosa en la región, las playas de Omoa y Puerto Cortés están llenas de toneladas de basura que arrastra a lo largo de su trayecto de unos 500 kilómetros el río Motagua, que divide las fronteras de Honduras y Guatemala.

La basura sigue siendo de Guatemala, y así se evidencia con solo recorrer la costa y escudriñar el origen de las botellas de todo tipo, entre ellas, de cremas, refrescos y medicamentos, así como desechos plásticos, esteirofon, hule y cualquier cosa que se deseche en un vertedero.

En la víspera del feriado Morazánico previsto del 1 al 3 de octubre en Honduras, autoridades de los municipios costeros de Cortés, así como inversionistas y empresarios turísticos están haciendo uso de todos sus recursos para intentar mantener limpias las playas. A algunos les molesta que se hable del tema, pero la realidad está en su patio de enfrente.}

Desde 2016 pidieron cerrar megabasurero de Guatemala que contamina playas de Honduras

Aún así, están haciendo esfuerzos por limpiar, y a ellos también se han unido organizaciones como Waste Free Oceans y Cipotes Honduras, quienes han emprendido iniciativas de limpieza en varios tramos de playa, para recibir a los vacacionistas que eligen estos hermosos parajes de Honduras como destinos para disfrutar y descansar.

Los Cipotes también están aconsejando a los que planean visitar Omoa y Puerto Cortés, que si van a una playa y está sucia por los desechos chapines, los recojan y metan en bolsas, para que no dejen de pasar un buen momento con su familias y amigos, a la orilla del mar.

Los restaurantes y hoteles frente al muelle de Omoa mantienen personal permanente para la limpieza de la playa. Solo así es posible evitar que se el paisaje se vea afectado.

Un problema de larga data que cumplirá 11 años

Para Júnior Madrid, regidor municipal y presidente de la comisión ambiental de la alcaldía de Omoa, la llegada de nuevas oleadas de basura avivan un tema que nadie ha podido solucionar.

Antes de hablar en sí del problema que afecta cada año a los dos municipios costeros de Cortés, y que se extiende, por todo el Mar Caribe, el funcionario exaltó la belleza, encanto, seguridad y la magia que tiene Omoa.

Aseguró que todo eso está por encima de los problemas ambientales que aquejan el municipio, por lo que los visitantes no deben dudar en poner a Omoa en su plan de viaje, ya que además el municipio tiene la mejor gastronomía de toda Honduras.

Anteponiendo eso, también considera necesario denunciar, reclamar y exigir soluciones para un problema que está en la picota pública desde octubre de 2014, es decir, desde hace 11 años, cuando Omoa fue embestida por primera vez, por grandes toneladas de basura de Guatemala.

10

millones de kilos

de desechos plásticos de Guatemala han evitado que lleguen al mar Caribe con las biobardas, asegura The Ocean Cleanup.

Señala que como Guatemala es el responsable directo de la basura que llega al mar y se mueve a lo largo de la costa hondureña desde hace más de una década, debe tener voluntad para resolver de una vez por todas el problema. Ello implica, como solución primordial, que el vecino país deje dentro de su presupuesto general, recursos para construir proyectos de relleno sanitario que garanticen un buen manejo de los desechos sólidos.

"Guatemala no ha tenido la voluntad para manejar de manera correcta sus residuos sólidos, a lo que se suma la parsimonia cómplice el actual gobierno de Honduras y todos los demás que han pasado", denunció Madrid.

"Yo he estado en cualquier cantidad de reuniones entre las delegaciones de Honduras y Guatemala y no hemos pasado de tomarnos una taza de café, un postrecito, un botecito de agua. Las cosas no pasan de ahí y de que cada delegación plantee sus diferentes puntos de vista.

Ya hemos probado con la diplomacia, y hemos visto que hemos visto que la diplomacia se ha vuelto un pantano para este problema. O sea, la solución del problema está empantanada en la diplomacia", dijo Madrid quien recordó lo sucedido en 2023 cuando estalló la mayor crisis binacional por este problema.

Lo más preocupante de la llegada de tanta basura es que no dejan de llegar restos hospitalarios, como jeringas, bolsas de suero o sangre, medicamentos vencidos, entre otros que pueden ser nocivos para la salud.

En agosto de 2023, las lluvias en Guatemala provocaron que el río Motagua arrastrara nuevamente grandes cantidades de basura hacia las playas de Omoa, generando protestas de pobladores y llamados de las autoridades locales hondureñas.

El alcalde de Omoa de entonces y actualmente (Ricardo Alvarado) denunció que, pese a las pláticas sostenidas entre funcionarios de Honduras y Guatemala, no se habían visto resultados concretos y las biobardas instaladas en el Motagua habían fallado, lo que agravó la llegada de desechos al litoral hondureño.

La crisis reavivó la presión social y mediática para que ambos gobiernos asumieran compromisos más firmes frente a esta contaminación transfronteriza.

Como respuesta, se anunció la preparación de un nuevo acuerdo bilateral entre Honduras y Guatemala para contener el problema, junto con la asignación de 11.6 millones de lempiras a 22 municipios hondureños de la cuenca del Motagua para tareas de mitigación.

Sin embargo, aunque se habló de fortalecer la cooperación y atacar el problema desde su origen —mejorando el manejo de residuos en Guatemala y reparando las biobardas—, en ese momento no se concretaron acciones inmediatas ni plazos claros, dejando el tema pendiente de soluciones estructurales hasta hoy.

En la playa Buenavista de Cuyamel, jóvenes de la organización Cipotes retiraron una tonelada de desechos de un área de 300 metros. Una semana después todo está como si nunca se hubiera limpiado.

Urge hallar soluciones definitivas

Madrid sostuvo que la crisis ambiental que enfrenta el norte de Honduras es un problema de país, y por tanto corresponde al Estado de Honduras y a sus funcionarios buscar soluciones enérgicas.

Hizo un repaso por todas las comisiones que se han creado en torno a este problema, sin resultados concretos.

También recordó aquella ocasión cuando se discutió la posibilidad de demandar al Estado de Guatemala por los daños ocasionados por la basura que llega a Honduras a través del río Motagua.

Sin embargo, la idea fue descartada tras la intervención de expertos sudamericanos, quienes advirtieron que en otros países esas acciones legales no habían tenido resultados.

8,500

toneladas

de residuos sólidos al año hacia su desembocadura en el Caribe emanan de la cuenca del río Motagua, según estudios y análisis guatemaltecos.

A su juicio, se gastaron recursos para recibir una respuesta desalentadora. Él también propuso que el gobierno hondureño elevara el reclamo ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), aprovechando el discurso de la presidenta, y también que se utilizara la vía de los tratados comerciales con Estados Unidos y la Unión Europea para presionar a Guatemala mediante sanciones económicas, bajo la lógica de que solo “cuando se toca el bolsillo” se generan cambios reales.

Recordó que distintos presidentes guatemaltecos han pasado sin ofrecer soluciones estructurales, aunque mencionó como positivo un decreto impulsado por Jimmy Morales para regular el uso del plástico. No obstante, advirtió que mientras no se replantee globalmente la dependencia del plástico, el colapso ambiental seguirá siendo inminente.

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"Instalar biobardas en el río Motagua es como darle una aspirina a un paciente con cáncer terminal , pues no resuelve el problema de fondo": Júnior Madrid, regidor de Omoa

Hace un mes, el viceministro del Agua del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (Marn) de Guatemala, Jaime Luis Carrera exponía emocionado la implementación de una biobarda más robusta para contener la basura del Motagua.

"En el río Motagua ya funciona una biobarda de alta tecnología que retiene hasta un 80% de plásticos y desechos flotantes. Un esfuerzo que combina innovación y trabajo comunitario para proteger nuestras playas y el mar", afirmó.

En su exposición, contó que la biobarda que contenía los desechos que bajan desde la capital eran contenidos por una biobarda artesanal, construida con desechos, es decir, algún tipo de material que podía ser reciclable.

"Desde el año pasado, hemos instalado una barda interceptora de alta tecnología a través de un convenio que teníamos con OceanClean que implica material y piezas que se usan en embarcaciones holandesas, anclajes de alto nivel y una biobarda que además de poder transportar caudales grandes en el río, nos está permitiendo básicamente ejercer la eficiencia en la retención sobre todo del plástico y de otros flotantes", afirmó a través del sitio oficial del Marn en Facebook.

"De un 50% que teníamos anteriormente, hasta alrededor estimamos que vamos a poder llegar a un 90%. Actualmente los datos nos muestran que estamos en un 75-80% de eficiencia, pero efectivamente estamos haciendo los ajustes necesarios para por lo menos llegar a un 90%", prometió hace un mes.

Desde la playa Benavista en Cuyamel, Omoa hasta la barra del río Motagua hay que recorrer a pie aproximandamente 10 kilómetros. Se pasa primero por la barra del río Cuyamel y una pequeña comunidad al otro lado.

Impacto ambiental de la basura que sigue llegando a Omoa y el Caribe

La llegada del invierno ha vuelto a exponer la crisis ambiental que enfrenta el litoral atlántico hondureño por la basura arrastrada por el río Motagua desde Guatemala.

Así lo advirtió Sandra Cárdenas, coordinadora regional del Centro de Estudios Marinos (CEM) en Omoa, quien aseguró que las biobardas instaladas no son suficientes para contener la avalancha de desechos.

“Cuando crece el Motagua, arrastra más residuos que terminan en nuestras playas y arrecifes. Esto no solo afecta a Omoa, sino también a las islas y toda la zona costera”, explicó. La especialista señaló que la pesca es una de las actividades más golpeadas, pues los pescadores deben adentrarse más al mar debido a la contaminación que oscurece el agua y llena sus redes de basura.

Cárdenas advirtió que el impacto es doble: afecta la biodiversidad marina —arrecifes, pastos marinos y fauna costera— y también golpea la economía local.

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“Los empresarios turísticos y pescadores son los que pagan la cuenta. Si no llegan turistas, ¿cómo se paga la semana de trabajo a quienes dependen de esta cadena productiva?”: Sandra Cárdenas, directora regional del Centro de Estudios Marinos de Omoa

La directora del CEM relató que en días recientes incluso “islas de basura” han flotado en la costa de Omoa, regresando con las corrientes marinas y generando un panorama desolador para la población local. En una sola jornada de limpieza comunitaria, explicó, lograron recolectar casi una tonelada de desechos en apenas 300 metros de playa.

Aunque existen iniciativas como las biobardas apoyadas por organizaciones internacionales, Cárdenas considera que el problema debe enfrentarse desde su origen en Guatemala. “Hemos estado en foros en ese país, pero la respuesta siempre es: estamos trabajando. Llevamos más de once años viendo el mismo problema y cada invierno es peor”, denunció.

La crisis, dijo, también tiene un efecto directo en la salud. Estudios de monitoreo, como los realizados por el investigador Sergio Izquierdo, ya han detectado microplásticos en peces de la región. “Lo que llega al mar regresa a nuestra mesa”, advirtió.

Para la especialista, la situación requiere decisiones más enérgicas de los gobiernos de ambos países. “No es posible que cada temporada de lluvias volvamos a lo mismo. Esto es un efecto dominó que golpea al ambiente, al turismo, a los pescadores y a toda la comunidad de Omoa”, sentenció.

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Jessica Figueroa
Jessica Figueroa
jessica.figueroa@laprensa.hn

Periodista de investigación, editora y cronista. Con 22 años en el periodismo escrito y multimedia. Con subespecialidades en diseño y edición gráfica e inteligencia artificial.