Desde 2016 pidieron cerrar megabasurero de Guatemala que contamina playas de Honduras

El Ministerio de Ambiente de Guatemala pidió cerrar el basurero a inicios de 2016 tras un deslave. En invierno, la basura cae a un drenaje que desemboca en el río de Las Vacas, luego recorre más de 345 kilómetros para terminar en Honduras

Foto: Foto: Enrique Hernández

Justo al costado del basurero de la zona 3 en Ciudad de Guatemala pasa un drenaje que arrastra la basura hasta el río de Las Vacas, luego conecta con el Motagua y termina en las playas de Honduras.

jue 20 de abril de 2023

10:31 min. de lectura

El olor fétido a comida en descomposición y heces fetales se mezclaba con el aire caliente que anunciaba la llegada del verano. El hedor -que atraía aves de rapiña, perros y hasta ratas- llegaba hasta el otro lado de la calle, donde se ubica el anexo Manuel Colom Argueta, una pequeña invasión de los trabajadores del basurero de la zona 3, en la Ciudad de Guatemala, en Guatemala.

En la entrada del vertedero más grande y peligroso de Centroamérica había un cartel con letras minúsculas que prohibía la entrada a personas sin un chaleco fluorescente, pero eso no impedía que los guajeros (viven de recolectar desperdicios) se colgaran de los camiones para escarbar entre la basura que llevaban a botar.

El basurero de la zona 3, ubicado en la novena avenida de la ciudad chapina, está rodeado por casas, una escuela y un cementerio. La fachada da la impresión de que es un lugar tranquilo, pero en invierno “hay deslaves y derrumbes”, contó Eduardo, uno de los jóvenes que trabaja como pepenador.

Él prácticamente vive adentro de allí. A inicios de febrero, cuando el equipo de LA PRENSA Premium y EL HERALDO Plus visitó la zona, estaba cerca del portón de ingreso. Usaba un suéter con gorro y un pañuelo negro que cubría su rostro. Esa era su única protección para rebuscar entre la basura pedazos de hierro, botellas de plástico y otros materiales para vender por un par de quetzales.

En su cuello tenía una cicatriz que dejó el ácido muriático que le cayó de un camión en 2022. “He visto morir a varios amigos”, mencionó con voz pausada.

$!Eduardo es un joven de 28 años que trabaja como pepenador en el basurero de la zona 3. En 2022 le cayó ácido muriático de un camión que descargaba basura, por eso ahora tiene esa cicatriz.

En 2016 autoridades del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) denunciaron que este relleno sanitario era insalubre, ocasionaba temblores, grietas y exponía a las personas que trabajan allí. “Genera contaminación atmosférica, hídrica, visual y de suelo”, dijeron.

En abril de ese año, tras la muerte de cuatro personas y la desaparición de cinco por un deslave un mes antes, pidieron cerrarlo a través de la resolución 1593-2016. Nunca lo hicieron.

Siete años después sigue abierto. Bajo los rellenos de tierra hay toneladas de basura que expulsan metano y van a parar a un drenaje que, a su vez, desemboca en el río de Las Vacas, pasa al Motagua y termina en las playas de Honduras.

“Deberían cerrarlo”

El basurero más grande de Centroamérica tiene 70 años, mide 28 veces el tamaño del Estadio Nacional Chelato Uclés y emitió 157 mil kilos de CO2 (dióxido de carbono) para 2021, según reportes de la organización Climate Trace. La basura llega desde 14 municipios y cada año es más: dos mil toneladas en 2005, que aumentaron a tres mil en 2021.

El vertedero se encuentra en “un área de fallas geológicas, lo que aumenta la posibilidad de contaminación”, según evidencia un estudio realizado por la Universidad de San Carlos de Guatemala en 1996, es decir, no es un problema reciente.

Otro estudio del Colectivo Ecologista Madre Selva publicado en 2019 apuntó que “siempre será vulnerable a deslaves y mantendrá constantemente la liberación de líquidos con alto grado de contaminación hacia el río Motagua”.

Pero la contaminación de este vertedero no solo afecta al medio ambiente, sino que tiene un impacto directo en los recicladores y la población que vive alrededor: sufren de enfermedades, accidentes y hasta hay víctimas mortales.

Cifras del Centro de salud de la zona 3 evidencian que para 2015 tres de cada diez personas que asistieron a consulta médica presentaron problemas estomacales, mientras que dos reportaron afectación en las vías respiratorias. También hubo asistencias por accidentes, problemas auditivos, en los ojos y en la piel.

Con la pandemia del covid-19 los casos de enfermedades respiratorias se dispararon, pero se mantuvo el número de personas con enfermedades estomacales.

“El basurero deberían cerrarlo, pero no hay otro lugar donde puedan recibir tanta basura”, comentó Sergio, un poblador que residen en el anexo ubicado frente al basurero. Casi toda su vida trabajó como pepenador, por eso nadie le tiene que contar sobre los riesgos que representa.

Él mismo miró cómo la basura se desvanecía en invierno cuando el agua que salía del desagüe se llevaba consigo toneladas de desechos sólidos que terminaban en el río de Las Vacas. En esa temporada casi siempre ocurren deslaves, por eso la alcaldía prohibió la entrada. Este rotativo solicitó una autorización para ingresar al vertedero, pero la respuesta fue negativa.

Al acceder al cementerio, ubicado justo atrás del basurero, el equipo de LA PRENSA Premium y EL HERALDO Plus evidenció cómo los desechos sólidos eran apilados cerca del drenaje y poco a poco caían al agua.

En invierno son toneladas y todo va a parar al río de Las Vacas, el mismo que “canaliza la mayor parte de aguas servidas provenientes de drenajes domiciliares, industriales y fluviales de la Ciudad de Guatemala hacia al río Motagua”, menciona el informe publicado por la Universidad de San Carlos.

Posteriormente, la basura recorre unos 345 kilómetros desde el vertedero más grande de Centroamérica hasta la cuenca del Motagua. La basura viaja por Ciudad de Guatemala, parte del municipio de Chinautla (en la región metropolitana); de allí recorre medio país hasta llegar a Puerto Barrios, una ciudad costera del departamento de Izabal que limita terrestre y marítimamente con Honduras.

Durante ese trayecto los problemas se multiplican: los desechos que vienen de la ciudad se triplican cuando llegan al Motagua, dejando malos olores, enfermedades en los pobladores y hasta la extinción de la vida acuática.

$!El basurero de la zona 3 es el principal contaminante de los ríos Las Vacas y el Motagua. En 2016, el Ministerio de Ambiente de Guatemala pidió cerrarlo.

La basura viaja y se multiplica

El basurero de la zona 3 está ubicado a casi 20 kilómetros del río de Las Vacas. En vehículo es un viaje de aproximadamente 50 minutos hasta llegar a Santa Cruz de Chinautla, una de las aldeas del municipio de Chinautla ubicada en la región metropolitana de Guatemala.

Por ese punto geográfico pasan dos ríos: Chinautla y Las Vacas. El segundo es el más contaminado del mundo, según la organización The Ocean Cleanup, pues por sus aguas oscurecidas y fétidas corren 20 mil toneladas de basura cada año.

El afluente pareciera que no arrastra agua sino desechos sólidos y “cuando llega el invierno es peor”, afirmó con tristeza Ana Juanita, una joven que lavaba ropa el pasado 14 de febrero junto con otras mujeres en unas piletas ubicadas en las abandonadas instalaciones de la alcaldía de Santa Cruz de Chinautla.

Cada agosto, las lluvias arrastran la basura por el afluente desde la capital y allí se amontona. Cuando el río se sale de su caudal los restos de plástico, tela y otros materiales también inundan las partes bajas de esa comunidad, justo como ocurrió a finales de 2021, cuando el agua llegó hasta la escuela de la localidad.

“A veces nos llaman de la escuela a sacar todos los nylon y lodos que ha dejado el río”, lamentó la joven, mientras señalaba hasta donde llegaba el agua del río más contaminado del mundo.

En los últimos años los inviernos son más intensos, las lluvias más caudalosas y, por lo tanto, los efectos mayores: las aguas del río llegan a las casas y algunas son arrastradas. El mayor problema es que “los niños se enferman y olor ofende”, comentó Ana Juanita.

La mujer estaba a unos 50 metros de donde pasa el río de Las Vacas, pues por la falta de agua tienen que caminar kilómetros para lavar en las piletas comunitarias, donde el agua con jabón corre por la calle hasta terminar en el caudal.

La contaminación de basura, desechos líquidos y la instalación de empresas areneras han ocasionado que el afluente sea más ancho, por eso desde 2021 la Resistencia Pacífica -un grupo de pobladores en contra de las areneras- protesta. Aseguran que eso provocó que el pueblo se hundiera 12 metros en los últimos años.

“Acá la municipalidad no nos apoya”, cuestionaba Joselin López, una joven de 18 años que forma parte de la Resistencia Pacífica, cuando un camión de una empresa llegó cargado de basura para tirarla en un barranco que terminaba en el río de Las Vacas. Lanzaron cartones, asbesto y otros materiales, sin ninguna represalia. Así ocurre siempre.

$!La basura pasa por dos ríos hasta llegar al mar Caribe y terminar en las costas de Honduras.

Aunque es el río más contaminado, no hay nada que detenga los desechos sólidos, ni siquiera los lanzados desde tiraderos clandestinos. El único embudo está en la aldea San Antonio Las Flores, donde la Hidroeléctrica Las Vacas “retiene la basura porque a ellos no les es factible que pase la basura porque su maquinaria se afectaría”, argumentó la alcaldesa de Chinautla, Brenda Elizabeth del Cid.

La funcionaria aseguró que ese municipio se ha convertido en un desagüe de la capital, donde por más que hablen, no resuelven. “Se debe hacer una planta de tratamiento, indicada por el Ministerio de Ambiente y la municipalidad de (ciudad) de Guatemala”, sugirió.

De acuerdo con el MARN, aproximadamente 8,500 toneladas de desechos sólidos afectan al río de Las Vacas; todo esto va a parar a la cuenca del Motagua, que comienza en Guatemala y termina en Honduras.

La organización The Ocean Cleanup afirmó que “al unirse el Río Las Vacas con el Motagua en el Kilómetro 127, la contaminación se multiplica significativamente” por el “incremento en volumen de desechos sólidos y líquidos que son incorporados desde la ciudad de Guatemala”, especialmente desde el vertedero de la zona 3 y unos 1,000 botaderos clandestinos.

Del Motagua a las playas

Al unirse el río Las Vacas con el Motagua en el kilómetro 127, la basura recorre medio país guatemalteco, sin que las autoridades puedan buscar una medida que reduzca el impacto internacional.

En 2019, bajo la presión de Honduras, intentaron hacerlo. Guatemala adquirió un sistema de retención industrial que consistía en la instalación de biobardas industriales, que ubicaron a la altura de la comunidad de El Quetzalito, en Puerto Barrios, una ciudad costera del departamento de Izabal.

En invierno de ese mismo año colapsaron y auditores de la Contraloría General de Cuentas de ese país afirmaron en un informe que estuvo relacionado con la construcción con “materiales inadecuados”.

" “El basurero deberían cerrarlo, pero no hay otro lugar donde puedan recibir tanta basura” "

En 2021 las repararon, pero el caudaloso río se impuso nuevamente y las rompió por segunda ocasión. LA PRENSA Premium y EL HERALDO Plus constataron que ahora están tiradas a un costado de las instalaciones donde empleados del MARN realizan el proceso de reciclaje, pero con un sistema artesanal creado con botellas de plástico .

Las biobardas detienen parte de los desechos, pero la contaminación es tanta que los peces están desapareciendo porque en lo profundo del caudaloso río “hay mucho desecho que es contaminante, trae químico y desechos entonces los peces se alejan”, contó de forma anónima uno de los empleados del Ministerio de Ambiente contratados en El Quetzalito.

Esto ocasionó que decenas de pescadores se quedaran sin trabajo, pues el río ya no arrastraba peces, solo basura. “La gente no hace caso, es un basurero bárbaro que viene de allá arriba, de la capital. Todo eso afecta para que a Guatemala Honduras lo pase multando”, dijo doña Olimpia, una hondureña que vive desde hace 55 años en tierras guatemaltecas.

La mujer, que emigró de Honduras luego de casarse con un chapín, ha visto cómo el río traspasa su caudal e inunda media comunidad desde hace más de una década, dejando restos de basura que ellos mismos deben de levantar.

Las biobardas artesanales apenas tienen un 70% de efectividad durante el verano, pero en invierno nada ni nadie puede detener miles de toneladas de desechos sólidos que circulan por el afluente: solo en 2021 fueron 1,560, mientras que en 2022 la cifra contenida por el sistema artesanal pasó a 820.

Esta basura se apiña en las riberas del río hasta que el agua dulce del Motagua se une con el mar Caribe. “La pequeña porción del mar Caribe a la que tiene acceso Guatemala, se encuentra seriamente contaminada por los desechos transportados por el río Motagua, la contaminación se esparce hacia la bahía de Amatique y las costas de Honduras, causando así un daño incuantificable para la vida en ambos países”, denuncia el informe “Cuenca río Motagua: situación actual y las causas del deterioro”.

En las costas guatemaltecas se observan restos de desechos sólidos que dejan olores fétidos, enfermando a niños, jóvenes y adultos. El mismo centro de salud de El Quetzalito reporta un incremento en enfermedades a partir de agosto de cada año, cuando el invierno golpea a esa nación.

“Hay aumento de casos por resfriado común, infecciones respiratorias, parasitismo, la micosis y enfermedades en la piel”, comentó sin dar cifras Karen Vásquez, auxiliar de enfermería del centro asistencial ubicado en esa comunidad.

El problema es que El Quetzalito es el único punto que toma medidas directas contra la basura, sin embargo, las autoridades centrales deben concretar “acciones pertinentes para evitar ese tipo de descargas de desechos sólidos hacia el río Motagua que afectan al resto del país”, pidió Bryan Ramos, director de Gestión Ambiental de la comuna de Puerto Barrios.

El funcionario afirmó que desde la municipalidad están tratando de mantener las biobardas artesales en buen estado. La basura que se queda estancada allí es seleccionada y clasificada para entregarla a una empresa que la usa para combustible.

Esta lucha lleva más de 10 años para Guatemala, pero el problema comenzó a trasladarse a Honduras en 2014, cuando la a Secretaría de Energía, Recursos Naturales, Ambiente y Minas y la Procuraduría General evidenciaron restos de basura en las playas de Omoa, un municipio del departamento de Cortés, ubicado en el litoral Atlántico.

Honduras sufre los efectos

El municipio de Omoa es el último punto donde los desechos sólidos van a parar después de recorrer más de 400 kilómetros desde el basurero de la zona 3 en la ciudad guatemalteca. Esto significa que la basura cruza medio país chapín, trasciende fronteras y se acumula en las paradisíacas playas hondureñas.

Como en muchos municipios de Guatemala, Honduras es una víctima más, solo que ya se convirtió en un conflicto internacional diplomático: el primer país promete medidas y el segundo, año con año, presiona para que las cumpla.

Hasta el momento nada ha funcionado, por eso la alcaldía de Omoa se ve orillada a estar limpiando las playas constantemente. Incluso, con un tractor que deja sus marcar en la ribera de la playa.

“La playa se está limpiando los viernes y los lunes. Cuando hay basura así grande llamamos a la municipalidad... cuando es la temporada que viene la basura el río Motagua (levantamos) unas 15 o 20 volquetadas”, lamentó Juan Pérez, miembro de la Asociación de Artesanos de Omoa.

El hondureño, quien vende artesanías al costado de la playa, denunció que “los perjudicados aquí somos nosotros” porque la basura que viene de Guatemala espanta a los turistas que buscan playas limpias. Además, en la limpieza pierden casi un día completo.

En octubre de 2022 el Congreso de Honduras presentó un anteproyecto de ley para pasar “de la diplomacia a la parte legal en cuanto a la basura que viene del río Motagua”, advirtió para ese entonces el parlamentario por Cortés, Carlos Umaña.

El funcionario afirmó que las playas catrachas recibieron 20 mil toneladas de basura y que había 22 municipios con amenazas en su ecosistema debido a los residuos sólidos.

Ambas naciones han hecho acuerdos que, según Umaña, no se han cumplido, pues el problema de basura en el país chapín proviene en gran parte de un basurero en la capital que el Ministerio de Ambiente pidió cerrar desde 2016 y que contribuye para que arrastre desechos sólidos por medio país chapín y cruce fronteras.

Reportaje realizado con fondos de producción periodistica FOPAC y Free Press Unlimited.