Por ser más fácil el transporte y difícil de detectar, los grupos de narcotraficantes están trasladando cocaína líquida a Guatemala y Honduras para la fabricación de los kilos del alcaloide.
Los traslados, según las investigaciones de los agentes antidrogas, se realizan desde narcolaboratorios ubicados en las plantaciones de arbustos de hoja de coca, donde hacen el proceso de extracción y mezcla con los primeros químicos.
Estos hallazgos forman parte de las investigaciones y las inspecciones que hacen en las plantaciones y laboratorios para procesar droga ubicados y destruidos en zonas de Honduras.
La Atic erradicó una plantación de arbusto de hoja de coca en la aldea La Unión, a unas tres horas de Catacamas, Olancho, el 8 de septiembre.
Según los agentes antinarcóticos, en algunos de esos lugares no terminan el proceso para obtener la pasta base, sino que dejan en tambos el líquido utilizado para obtener esa masa.
En esos espacios, que por lo general están en zonas con vegetación a los extremos de las plantaciones, hacen el proceso de extracción de la hoja de coca de forma artesanal.
Por ejemplo, en el más reciente aseguramiento y destrucción de un laboratorio, ubicado en la aldea La Unión, Catacamas, Olancho, el pasado el 8 de septiembre encontraron barriles con gasolina, cemento, cal, urea y herramientas artesanales para mezclar y colar, así como cortadoras de hojas.
Asimismo, al lado de la estructura con piso de cemento y techo de madera cubierto con un plástico negro, los trabajadores del narcolaboratorio construyen un canal de láminas por donde pasan el alcaloide sacado de la hoja de coca.
Luego, ese líquido es mezclado con otros químicos, colado y llevado a otros tambos ya listo para preparar la pasta base.Los investigadores señalan que ese líquido extraído de las hojas y mezclado con otras sustancias químicas es sacado de muchos narcolaboratorios y trasladado a Guatemala o a varias ciudades de Honduras donde producen los kilos de cocaína.
Aunque el traslado de un lugar a otro no es fácil por las montañas, a los narcotraficantes se les hace más fácil esconder ese tipo de líquidos, pues es más difícil de detectar en cualquier operativo.
De los narcolaboratorios en plantaciones de Colón y La Mosquitia se conocía que en esos mismos lugares fabricaban la pasta base y en otros terminaban el proceso para hacer los kilos de cocaína.
Sin embargo, el fenómeno viene en aumento, pues las plantaciones de arbustos de hoja de coca ya están en zonas más cercanas de comunidades de Catacamas, Olancho, y en Omoa y San Antonio de Cortés, Cortés, lo que permite sacar más rápido la producción del alcaloide.
Hallazgos
En marzo de 2011, en El Merendón, en la comunidad de Cerro Negro, Omoa, fue encontrado un narcolaboratorio por la Policía.En el lugar, las autoridades policiales de ese momento confirmaron que en la instalación ya se producían kilos de cocaína.
Esa fábrica artesanal estaba ubicada en un bosque, donde había una planta eléctrica que abastecía de electricidad desde una casa al espacio acondicionado de dos champas.
Dentro de los narcolaboratorios había 15 microondas, prensas, coladores, empacadores y cinta aislante, así como químicos utilizados en el último proceso para obtener la cocaína en kilos.
Cerca de ese lugar no encontraron plantaciones de arbustos de hoja de coca, pero estaban seguros de que la cocaína líquida o la pasta base era llevada a ese lugar para la producción final.
Alrededor de 60 narcolaboratorios han sido destruidos en Honduras por las diferentes instituciones antidrogas en las zonas de Colón, La Mosquitia, Olancho, Lempira, Cortés y Atlántida, conforme a reportes oficiales.
Plantaciones
De 2014 al 18 de junio de 2022, 1,698,741 arbustos de hoja de coca fueron destruidos en Honduras por las Fuerzas Armadas.
El análisis de la Unidad de Datos de LA PRENSA Premium indica que la cantidad de plantas erradicadas en 2022 ya superó las de 2021. El año pasado, las autoridades eliminaron 531,826 y hasta junio de 2022 ya son 580,015, una diferencia de 48,189 arbustos de hoja de coca.
En su mayoría, las plantaciones se han ubicado en montañas alejadas, donde los narcotraficantes utilizan tierras nacionales cerca de cuencas y reservas naturales.
Otros sembradíos han sido descubiertos cerca de poblados, ya que eso les facilita la mano de obra para el mantenimiento.
Daños
Las plantaciones y narcolaboratorios no solo causan daños por el consumo de las drogas, sino que también dejan estragos en el medio ambiente.
Expertos que participan en las erradicaciones de las plantaciones de hoja de coca señalan que los narcotraficantes buscan lugares llenos de vegetación y escondidos para hacer las siembras. Como la planta de coca siempre necesita sol comienzan a derribar árboles sin ningún control.
En la mayoría de las plantaciones siempre han encontrado zonas descombradas y la situación es peor cuando procesan la hoja de coca.
“Por lo general, estos narcolaboratorios están ubicados cerca de quebradas o ríos, que son contaminados por todos los químicos que tiran en los alrededores, y la población no puede consumir el líquido vital”, apuntó uno de los investigadores.
De los mismos árboles que son cortados en las montañas, los narcos obtienen la madera con sierras para construir los narcolaboratorios.
Alrededor de estas instalaciones se puede observar lo que queda de la hoja de coca, que han mezclado con cal, gasolinas y otros componentes.
Además, después de tener la hoja de coca en barriles, muchos químicos son arrojados a las quebradas para no ser detectados.
Los agentes de inspecciones de las diferentes instituciones antidrogas toman muestras de cada uno de los elementos encontrados dentro y fuera de los narcolaboratorios para hacer análisis.
Es un negocio donde pierden todos: los muertos por la violencia del narco, los adictos a las drogas, el Estado y hasta la naturaleza.