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Hacinamiento en cárceles es un detonante para el COVID-19

  • 22 marzo 2020 /

Jueces de ejecución piden tomar previsiones con nuevos reos que ingresan en penales para evitar contagio y se instruya sobre el virus en las cárceles de máxima seguridad.

    Tegucigalpa, Honduras.

    El hacinamiento es uno de los factores que incrementan el riesgo de propagación del COVID-19 en los centros penitenciarios de Honduras, según los jueces de ejecución.

    “En los centros penitenciarios hay hacinamiento extremo y no tenemos espacio para aislar a alguien que sea contagiado por la enfermedad. A los de máxima seguridad no se les está dando información sobre el problema y es necesario alertarlos”, explicó Mildred López, jueza de ejecución de El Progreso.

    El Instituto Nacional Penitenciario (INP) anunció esta semana que dotó de productos de limpieza a todos los centros de Francisco Morazán y que en el resto de penales de mínima y máxima seguridad el personal de Salud instruye a los reos.

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    Sin embargo, los jueces de ejecución temen que a los reclusos de las cárceles de máxima seguridad no se les esté instruyendo sobre el COVID-19, y es un factor importante que el Estado debe considerar.

    ACCIONES
    1. No visitas. Decretaron autoridades penitenciaras tras declararse la emergencia en Honduras, por el temor de un contagio dentro de las cárceles, lo que complicaría la situación de salud.
    2. Acciones especiales. Piden jueces de ejecución por el hacinamiento que hay en todos los establecimientos y que se busquen lugares alternos para nuevos reos que llegan a cárceles.
    3. Excarcelar. A presos de 70 años que paguen penas por delitos leves, ante el peligro de contagiarse, es la petición de jueces de ejecución para autoridades ante la emergencia por la pandemia.

    Alternativas.

    Los jueces de ejecución ante la emergencia que vive el país son del criterio que las cárceles no cuentan con recintos para aislamiento en el caso que un reo fuera contagiado por el virus. Además consideran que se debe dotar de los implementos de protección a personal de los establecimientos y presos. “En El Progreso, Copeco no cuenta con equipo de protección. Los reos andan con mascarillas que no sirven y preocupa lo que pasará con los que están con preliberación”, dijo. Otro detalle es que no hay espacio para los que están siendo remitidos por los tribunales. Se está agrupando a los reos, pero eso no es garantía, porque los mezclan y esto preocupa”, explicó López.

    Honduras se prepara para lo peor, según han manifestado las autoridades.

    Consideran que por la emergencia se debe buscar sitios alternos para ingresar a los nuevos internos para evitar que si estos son portadores del virus no contagien a los demás reclusos.

    También proponen que se busque una solución para excarcelar a los mayores de 70 años que pagan delitos leves. “Solo pedimos que se busquen alternativas. Pedimos que a los detenidos no se les lleve a cárceles, sino que se habiliten otros espacios y se apliquen medidas distintas”, dijo López.

    Charlas.

    Digna Aguilar, vocera del INP, explicó que se ha coordinado con las autoridades municipales y regionales de Salud para realizar jornadas de desinfestación y desinfectación de los centros penales, y además, el personal de Salud ha dado charlas informativas a los reclusos. “El INP está atento, colaborando y previniendo cualquier contagio en los penales. Es un trabajo que se ha hecho de manera permanente”, dijo.

    Como medida se ha dotado a los centros penales de jabón en barra, jabón líquido antibacterial, gel de manos, cloro, papel sanitario, guantes y mascarillas para dar las condiciones de bioseguridad a los presos.