El mejoramiento de la infraestructura escolar es uno de los principales retos que enfrentan las autoridades educativas para que millones de niños en Honduras retornen a las aulas de clase.
A nivel nacional, ocho de cada diez centros educativos necesitan reparaciones; no obstante, mejorar las condiciones de los espacios de aprendizaje requiere de una gran inversión.
Aunque cada año el presupuesto en educación aumenta, (este año es de 33,545.5 millones de lempiras), entre el 85 y 90% del dinero se va al pago de sueldos y salarios de alrededor de 60,000 docentes que hay en el sistema, por lo que es muy poco lo que se invierte en mejorar la infraestructura escolar.
Retorno
Los centros educativos que reabrirán sus puertas a los alumnos serán aquellos donde la comunidad educativa cuente con todas las vacunas y donde la infraestructura hidrosanitaria esté en buen estado.
Este año, las autoridades prevén reparar entre mil y 1,500 centros educativos durante los próximos tres meses, gracias al apoyo de organismos cooperantes y fondos nacionales.
El ministro de Educación, Daniel Sponda, informó en conferencia de prensa que el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) puso a disposición 73 millones de dólares que serán utilizados en reparar la infraestructura de los centros.
Una buena parte del dinero será usada para mejorar los centros educativos y otra para el fortalecimiento de la formación docente, indicó el ministro.
Los recién nombrados directores departamentales harán un censo de la situación que hay en cada una de las escuelas y colegios de los 18 departamentos para conocer cuáles serán los centros que deben ser priorizados con los trabajos de reconstrucción, dijo el viceministro de asuntos educativos, Edwin Hernández.
A nivel nacional hay 17,525 centros de enseñanza, y entre los principales problemas que tienen está la falta de electricidad y agua potable, mobiliario dañado, problemas en el techo y un sistema hidrosanitario en mal estado.
Con el paso de las tormentas tropicales Eta y Iota, muchos centros quedaron inservibles, especialmente los de la zona norte, por lo que las autoridades educativas no descartan que puedan ser los primeros en ser intervenidos.
“Hay muchos centros que están totalmente devastados, como el Instituto Francisco Morazán en los bajos de Baracoa, en Choloma, también se destruyó el Instituto Doctor Alonzo Hernández Córdoba; pero hay otros que no tienen ni servicios básicos, como agua potable”, informó el dirigente magisterial Joel Navarrete.
A partir de datos del Sistema de Planificación de Infraestructura Educativa (Siplie), en 2020 a nivel nacional un 14% de las escuelas y colegios se encontraban en malas condiciones, que requerían ser reparados de forma urgente, y un 75% en condiciones regulares, y apenas un 11% en buenas condiciones.
Uno de los principales problemas es la falta de agua potable y el servicio de electricidad, Denis Cáceres, asesor educativo de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), dijo que los centros educativos ya estaban en mal estado antes de la pandemia, pero al estar dos años abandonados las condiciones empeoraron.
Cáceres estima que de los casi 18,000 planteles educativos que hay, unos seis mil no cuentan con agua ni luz, la mayoría en las zonas rurales.
“En esos centros no se puede regresar a clases semipresenciales, para habilitarlos se debe llevar agua a diario; y hay 12,000 centros en los que se puede regresar a clases con las mínimas condiciones de infraestructura”, dijo.
Indicó que el Estado debe hacer una fuerte inversión para mejorar las condiciones; agregó que conforme a los análisis que tienen, se requiere una inversión de unos 60,000 millones de lempiras para reparar todos los centros.
“Más o menos se necesitan 60,000 millones de lempiras para habilitar los centros y la Secretaría de Educación apenas maneja menos de 35,000 millones, y no es para mejorar la infraestructura escolar”, apuntó Cáceres.
Luego de dos años que los alumnos recibieran clases a través de la modalidad virtual, los expertos opinan que no se debe esperar más tiempo para regresar a las aulas, a pesar de las precarias condiciones que tienen los centros es necesario que los niños comiencen el año escolar en los centros.
Un estudio del Observatorio Educativo de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (Upnfm) detalla que para el 58% de los padres es necesario que los menores acudan a los centros, pues a través de las clases virtuales consideran que están aprendiendo muy poco.
Recomiendan la semipresencialidad con alumnos ya vacunados
Tegucigalpa. El año lectivo 2022 se inauguró el primero de febrero, pero será hasta mediados del mes que den por iniciadas las clases. El proceso comenzó con la matrícula escolar, por lo que hacen un llamado a los padres de familia a inscribir a sus hijos.
La matrícula ayudará a conocer la cantidad de vacunas que se requieren para inmunizar a los menores contra el covid-19, dijo el ministro de Educación, Daniel Sponda.
Las autoridades indicaron que el inicio de clases será bajo la “educación remota”, mientras los centros educativos no cuenten con las condiciones aptas y los alumnos no estén vacunados para regresar a las aulas.
Sin embargo, el sector educativo superior recomendó a las autoridades iniciar las clases semipresenciales con alumnos de séptimo grado en adelante, que son los que ya cuentan con las dos dosis de la vacuna, y en marzo con los de 5 y 11 años, una vez que se hayan inmunizado.
