27/11/2023
06:39 AM

¡Eres amado!

Sí, yo soy amado. Ésta es una noticia tan grande como la de que Cristo ha Resucitado. Soy amado por Él, con un amor total, infinito, absoluto, permanente, siempre fiel. Por pura gracia me ama, porque quiso, por su iniciativa, sin yo merecerlo, sin yo esperarlo, pedirlo ni imaginarlo. 'En esto está el amor, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino que Él nos amó y envió su Hijo, como propiciación por nuestros pecados, (1 Jn 3,18) ¡Dios nos amó primero! Desde siempre nos ha amado. Esto lo sé por Cristo, y la mayor prueba de su amor fue que Dios Padre lo entregó por nuestra salvación y él libremente se sacrificó.

    Sí, yo soy amado. Ésta es una noticia tan grande como la de que Cristo ha Resucitado. Soy amado por Él, con un amor total, infinito, absoluto, permanente, siempre fiel. Por pura gracia me ama, porque quiso, por su iniciativa, sin yo merecerlo, sin yo esperarlo, pedirlo ni imaginarlo. 'En esto está el amor, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino que Él nos amó y envió su Hijo, como propiciación por nuestros pecados, (1 Jn 3,18) ¡Dios nos amó primero! Desde siempre nos ha amado. Esto lo sé por Cristo, y la mayor prueba de su amor fue que Dios Padre lo entregó por nuestra salvación y él libremente se sacrificó.

    ¡Cristo ha resucitado! Claro que me hace feliz el saber que la vida triunfó sobre la muerte y que el bien vencerá al mal, pero si no creo que me ama, no seré completamente feliz. Él se entregó por mí, murió por mí, pensando y pronunciando mi nombre e inmolándose por mi persona en la cruz. Esto es increíble y lo sé por la Revelación. Desde mi sola razón jamás pensaría que todo un Dios lo hiciera todo por mí.

    Este misterio del amor incondicional de Dios, bien meditado y profundizado, es suficiente para darnos felicidad, ánimo y fuerzas para continuar el camino. ¡No estamos solos ni somos huérfanos! ¡Él nos ama!

    Dios lo puede todo. Creó de la nada el universo entero y al ser humano y lo hizo a su imagen y semejanza. Con la encarnación, muerte y resurrección de Cristo nos ha redimido y nos ha hecho sus hijos. Nos llama por nuestro nombre y nos dice: '¡hijos!'.

    Nos ama como ama a su Hijo y nos ha sumergido en el Misterio de la Santísima Trinidad. Somos desde la eternidad amados por Él y su amor gracias a la entrega de su Hijo nos ha incorporado, sin merecerlo, en la familia trinitaria.

    Nadie puede humanamente entender esto: Dios piensa en todos y ama a todos de manera tal que lo hace como si nada más existiera una persona, usted. Nosotros no podemos pensar en dos cosas a la vez. Dios puede, porque no tiene límites en nada, contemplar su persona, amarlo y al mismo tiempo hacerlo con toda la humanidad.

    Hay una historia de amor muy personal de Dios con usted, única, especial y al mismo tiempo con todos. Por eso usted es sumamente importante, extremadamente valioso. Aún si nadie lo amara, tendría usted el amor insondable, perfecto, divino, infinito y siempre actual de Dios.

    Sí, somos amados por Dios. Hermoso lo que dice Romanos 8,38 ss. 'Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro'.

    Se puede entender esta lectura diciendo que es nuestra opción y compromiso de no dejar que nadie nos separe de Dios, pero también que Él ha decidido por puro amor, por pura gracia amarnos y lo hace de manera plena y no va a dejar que nada ni nadie nos separe de él.

    Pero aquí viene lo triste: lo único que puede separarnos de Él es nuestra voluntad que opte por vivir sin Dios, rechazando su amor y prefiriendo estar eternamente sin Él. ¿Qué es posible esto? Sí, existe la posibilidad de la condenación eterna y es dogma de fe.

    Que alguien prefiera abandonar la 'casa del Padre' e involucrarse en las tinieblas para siempre, cambiando el amor de Dios por 'treinta monedas' es posible. ¡Qué desgracia! Cómo cambiar el amor de Dios, que lo llena todo, que nos da plenitud y felicidad total, por unas burdas experiencias, situaciones, posesiones y comportamientos pecaminosos, que al final no dejan nada, se desmoronan y se oxidan, se pulverizan, se hacen polvo. ¿Recuerda la última vez que puso en peligro su salvación optando por lo temporal y efímero?

    Él nos ama. Él está continuamente contemplándolo y bendiciéndolo. No dejará de amarlo porque así Él lo decidió y pronuncia su nombre diciéndole: 'hijo mío'. Esta expresión divina resuena desde lo íntimo del corazón de Dios y es 'repetida continuamente'.

    Si a nosotros nos cuesta rezar, apartarnos un rato y repetir el nombre sagrado de Dios y decirle que lo amamos, en cambio Él está continuamente pronunciando nuestro nombre.

    ¿No es hermoso esto? ¿Ha entendido lo que es el amor de Dios? En el cielo estaremos eternamente saboreando ese amor, contemplándolo y conociéndolo, descubriendo cada vez más profundidades de su amor. Recuerde que Dios lo ama y con Él usted es invencible.