Va agarrando forma, sería la expresión de un escultor a medida que aparece la estatua en piedra o el juego de colores en el cuadro por la genialidad del pintor. No nos referimos a expresiones culturales y artísticas tan necesarias en nuestro país, sino a la actualidad de la labor y responsabilidad del organismo político, el Poder Legislativo, en la integración de la nueva Corte Suprema de Justicia.
Las votaciones, en espera de la sexta, con la esperanza del final feliz, o de las que sean necesarias, como dicen en el Congreso, ponen a prueba, con resultado positivo, la transparencia, como efectiva herramienta para contrarrestar la confrontación mostrada al final de cada uno de los escrutinios cuando se cumple aquello de que cada quien habla según le ha ido en la feriado, y en el caso del Congreso habrá que elevarlo a la enésima potencia, tal como vimos y escuchamos al ser electos tres magistrados más el miércoles a falta de cuatro para tener un pleno Tribunal Supremo.
Los rumores y las sospechas han invadido el recinto creando un ambiente de cazabrujas para identificar y posteriormente acusar, denigrando, a miembros de la oposición que actuaron en contra de los lineamientos impuestos por los autoproclamados dueños de partidos.
A la tempestad sigue la calma y a la borrasca en alta mar, la marea baja, por lo que habrá que interpretar estas jornadas en el Congreso Nacional con sensatez y mirada nueva en el espectro político del país, que tiene cabida para todos, aun para los anti, en todo lo que se refiera a los otros. Pero en Honduras también habrá acomodos y ajustes al nuevo escenario con actuaciones de las generaciones jóvenes que reciben el relevo en la carrera por la libertad, la paz, la convivencia, la honestidad y la prosperidad.
Para ello lo valen los mesías, pues como está comprobado solo en la unión está la fuerza; en la coordinación de responsabilidades se logra la consecución de objetivos; en la comunicación, mediante el diálogo, no con la voz más alta y chillona, se alcanza el entendimiento para la solución de los graves problemas que nos aquejan a los hondureños.
Ojalá que la lectura del editorial estuviese acompañada esta mañana con la noticia de “humo blanco” en el Congreso, con el bullicio aún en el Parlamento al terminar el escrutinio, pero si no es así, por “la gobernabilidad en el país, el respeto al Estado de derecho y, sobre todo, cumplirle al pueblo”, habrá que esculpir más finamente y con creatividad mover el pincel para lograr la forma necesaria de la Corte Suprema de Justicia.
