Era previsible que más temprano que tarde este programa otorgado por Washington a partir de la destrucción masiva acaecida tras el paso del huracán Mitch en octubre de 1998 no sería renovado, llegando a su fin las distintas prórrogas que han beneficiado cuando menos a 55,000 compatriotas desde aquella fecha hasta ahora.
Consecuentemente, tanto nuestros compatriotas laborando y residiendo en la Unión Americana como nuestras autoridades y fuerzas vivas debemos, desde hoy mismo, implementar estrategias que permitan la reinserción de las mujeres y hombres, paisanos nuestros, que se vieron forzados a dejar la Honduras natal.
El presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortes, Karim Qubain, recuerda lo imperativo que resulta el priorizar -aquí y ahora- una relación de mutuo respeto,
diálogo y cooperación con los Estados Unidos de América, nuestro principal socio y aliado... La ideología no da para comer, desde que logramos nuestra independencia de España un 1821 hasta el presente.
Las relaciones bilaterales se han dañado con el presente Gobierno, esto es desde el 2021 por sus estridentes e inoportunas declaraciones, que además de ser innecesarias han resultado ofensivas para la superpotencia, que de diversas maneras ha manifestado públicamente su descontento, particular pero no exclusivamente por los 15 acuerdos firmados en junio de 2023, y que no han aportado beneficios tangibles para nuestro país, en tanto Pekín sí ha obtenido influencia geopolítica y comercial con la apertura de relaciones diplomáticas, rompiéndolas con Taiwán, que sí demostró durante décadas, caracterizadas por el profundo respeto, su deseo de beneficiarnos con proyectos educativos y agropecuarios que han generado ingresos y oportunidades de empleo para miles de hondureños en distintas regiones de la nación.
También el señor Qubain recuerda que la CCIC remitió proyecto de ley al Congreso Nacional, que ha sido engavetado, contentivo de un plan generador de fuentes de trabajos para poder absorber a los retornados. Debemos admitir que lejos de haber mejorado las condiciones internas en materia de inversiones, seguridad jurídica, apertura de fuentes de trabajo, presenciamos un creciente deterioro, que impacta en el bienestar económico y social de la población, cada vez más inmersa en un clima psicológico de incertidumbre ante el presente y futuro que le aguarda, agravado por la imparable violencia, que a diario cobra nuevas víctimas.
Ante la presente realidad debemos hacerle frente con imaginación y prontitud. Es lo menos que podemos hacer para acoger a quienes, con el envío de remesas puntuales, han mantenido a flote la economía, a costa de sacrificios y privaciones.