El derecho a tener derechos

El bajar la guardia, la apatía e indiferencia colectivas, el divisionismo, facilitan su no observancia y eventual pérdida

  • Actualizado: 18 de diciembre de 2025 a las 23:40 -

Derechos no concedidos como obsequio por el Estado, sí ganados con tesón, empeño, disciplina, lucha cívica, sin claudicar ante los reveses temporales, por parte de la ciudadanía e incorporados a la Constitución Política. Tal ha sido una constante en nuestra historia: de una parte la resistencia oficial a los cambios largamente postergados y, de otra, las presiones, movilizaciones, reclamos, populares.

Recordemos, por ejemplo, la lucha feminista por el derecho al sufragio, hasta entonces reservado al género masculino, la de los obreros en huelga en las plantaciones bananeras de la costa norte por conquistar el derecho a la libre sindicalización, a la negociación colectiva de condiciones laborales, a la huelga. De igual manera, las movilizaciones para obtener el acceso a las tierras ociosas, no cultivadas, para hacer efectiva la función social de la propiedad.

De no velar permanentemente por su vigencia y respeto, se transforman en letra muerta, su núcleo se va vaciando de contenido real; subsiste la forma, pero ya no la esencia. El bajar la guardia, la apatía e indiferencia colectivas, el divisionismo, facilitan su no observancia y eventual pérdida. Cuando se intenta recuperarlas puede ser ya muy tarde, lamentándose el no haber actuado cuando aún había tiempo y espacios para reaccionar.

Se requiere disciplina, unidad, tenacidad, persistencia, esfuerzos infatigables, vigilias oportunas, contando con un plan de acción definido y coordinado entre los diversos grupos constitutivos de la sociedad civil organizada, cuya membresía debe ser constantemente ampliada para no estar confinada a determinadas asociaciones y personas.

Los diversos derechos humanos, incluyendo la libertad de informar y opinar, han sido logrados con saldo trágico de muertes, encierros, exilios, amenazas, acosos hacia el periodismo libre e independiente. Actualmente, el derecho a la emisión del voto, exento de manipulaciones, fraudes, imposiciones, está siendo cuestionado por el oficialismo, empeñado en no reconocer la voluntad ciudadana mayoritaria.

Los derechos hasta ahora conquistados deben ser permanentemente vigilados y protegidos, caso contrario se van debilitando hasta desaparecer, habiéndose impuesto la intolerancia, inflexibilidad, totalitarismo. Vivimos una coyuntura histórica entre dos fuerzas: la gubernamental, con múltiples recursos materiales a su disposición, con el poder coercitivo, con instituciones plegadas a su arbitrio, con grupos de choque. De otra parte, la fuerza colectiva emanada de la unidad de propósito, la certeza que se está del lado del derecho y la justicia.

Esa contienda decidirá el resultado eventual, que esperamos se decida por la razón y no por la imposición, la verdad y no la falsedad. Los próximos días resultan decisivos para determinar cuál de ellas prevalecerá, lo que debe estar ya definido a más tardar el 30 del presente mes decembrino.

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