Apagando incendios

El saber conciliar propuestas que en su inicio se encuentran en polos opuestos requiere de paciencia, conocimiento detallado de la naturaleza de los reclamos

  • Actualizado: 25 de septiembre de 2025 a las 23:30 -

En vez de prevenirlos a tiempo, cuando empiezan las primeras chispas y conatos de conflagración, los titulares de las distintas secretarías de Estado, incluyendo la actual titular de Salud, les dan largas a las problemáticas, incluyendo las de carácter laboral, tal vez con el propósito de que el agotamiento por el tiempo transcurrido sin haber respuestas logre capitular al personal en huelgas de brazos caídos, las llamadas “asambleas informativas”.

Se requiere una combinación de flexibilidad y firmeza, sin caer en ninguno de los dos extremos. El saber conciliar propuestas que en su inicio se encuentran en polos opuestos requiere de paciencia, conocimiento detallado de la naturaleza de los reclamos- su validez o improcedencia-, recursos presupuestarios disponibles, a efecto de eventualmente alcanzar puntos de coincidencia que logren superar los conflictos de manera tal que concluyan sin haber ganadores y perdedores, alcanzando el punto de equilibrio equidistante entre ambas posiciones aparentemente insolubles.

No era necesario prolongar el paro decretado por la Asociación Nacional de Enfermeras y Enfermeros de Honduras (Aneeah) durante veintidós días de protestas a nivel nacional para, finalmente, alcanzar acuerdos que ojalá pongan fin definitivo a esta crisis sanitaria de carácter permanente y crónico, misma que se inserta en un contexto más amplio que abarca a médicos y profesionales de la enfermería, profesionales que periódicamente se ven obligados a paralizar los servicios de salud como forma de presión por retrasos en el pago de salarios, poniendo en mayor precariedad a los compatriotas que acuden a los centros de salud públicos en búsqueda de atención, al igual que las campañas de vacunación, demanda de medicamentos, citas quirúrgicas, emergencias.

No debe olvidarse que la Secretaría de Salud ha sido crónicamente afectada por la existencia de redes corruptas insertadas a su interior. El nepotismo, el favoritismo en la adjudicación de plazas por razones políticas y familiares, también ha afectado la imagen y desempeño de esta vital dependencia estatal, haciendo burla de los concursos para optar a cargos, al igual que la falta de inventarios periódicos de fármacos que deben ser utilizados antes de caducar la fecha en que pueden ser administrados sin riesgo para la salud de los pacientes. Periódicamente se da cuenta de la incineración de medicinas ya vencidas, provocando un despilfarro millonario de fondos.

La deficiente administración de la Secretaría de Salud, más la adopción de posturas oscilando entre burlas y agravios por parte de la Dra. Paredes, ha pasado nuevamente factura, en perjuicio directo de los compatriotas de escasos ingresos económicos, que no tienen más alternativa que acudir a hospitales y centros de salud estatales. Ellos han sido los grandes perdedores de este prolongado conflicto laboral.

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