Un concierto en Arequipa

Astor Piazzolla (Argentina, 1921 – 1992) también fue incluido en el programa con su obra Oblivion, compuesta en 1982 en Nueva York. El nombre de esta creación.

  • Actualizado: 21 de octubre de 2025 a las 23:00 -

La celebración del X Congreso Internacional de la Lengua Española ocurrió en la bella ciudad de Arequipa, Perú, del 13 al 17 de octubre. Dos días antes, en Lima, se efectuó la II Convención de Lenguaje Claro y Accesible. Los arequipeños nos regalaron visitas y eventos desarrollados en los emblemáticos edificios, construidos con piedra, recuerdos de la tradición de siglos de la ciudad. Uno de esos regalos culturales fue el concierto ejecutado por un ensamble de la Orquesta Sinfónica de Arequipa (1939) y la Orquesta Sinfónica Nacional (1938), con sede en Lima, que unidas conformaron un grandioso equipo musical muy lúcido con sus impecables interpretaciones. Fue dirigido por Fernando Valcárcel, quien se ha consagrado como conductor con programas que incorporan la música peruana.

Actuó como violinista solista Leticia Moreno, joven española con ascendientes arequipeños y cajamarquinos. Su formación ocurrió en la Escuela Superior de Música Reina Sofía y en la Universidad de Música de Colonia, Alemania. Además, fue alumna de Takeno y Rostropóvich. Moreno es poseedora de varios premios internacionales logrados con la interpretación magistral de varias obras; entre ellas, un Concierto para Violín y Orquesta de Shostakovich. Actúo con su violín Gagliano de 1762.

El programa estuvo integrado por obras de compositores iberoamericanos, más ahora en que los creadores musicales de los países de habla española en América han logrado protagonismo en varias salas de concierto del mundo.

La primera interpretación Himno al sol es obra de Daniel Alomía Robles (Perú, 1871-1942), con arreglo orquestal de Leopoldo de la Rosa. La melodía con origen incaico fue rescatada de un anciano que la cantaba. Fue ejecutada de manera impecable y nos trajo a la memoria la grandiosidad del imperio inca, cuyos habitantes adoraban al sol como su dios supremo.

Seguidamente le tocó el turno a la Rapsodia Peruana, de Claudio Rebangliati (Italia 1843-Perú, 1909). Tanto Alomía Robles como Rebangliati representan, junto con otros compositores nacionales, el nacimiento de una escuela musical nacional peruana que rescata las canciones populares de las diversas regiones peruanas. La obra del italiano peruano no solo incluye una variedad de ritmos y tiempos autóctonos, elementos del himno nacional, sino que incorpora una fuga muy al estilo bachiano, por lo que yo la llamaría Bachiana Peruana, tal como Heitor Villalobos llamó Bachianas Brasileñas a 8 de sus obras. La Rapsdodia inicia con un diálogo lamentoso entre el fagot, las flautas y las cuerdas para luego incorporar un tema del himno nacional peruano. La obra también lleva el nombre de Un 28 de julio, fecha de la proclamación de la independencia peruana.

Astor Piazzolla (Argentina, 1921 – 1992) también fue incluido en el programa con su obra Oblivion, compuesta en 1982 en Nueva York. El nombre de esta creación, escrita originalmente para badoneón y orquesta, quiere decir olvido y transmite una fuerte sensación de nostalgia. Se ha presentado con varios instrumentos como solistas. En esta ocasión, la versión en violín con arreglo de Carlos Johnson la ejecutó magistralmente la violinista Leticia Moreno, quien, a continuación, demostró su virtuosismo al interpretar la Fantasía sobre la ópera Carmen, del compositor y violinista español Pablo de Sarasate (España, 1844 - Francia, 1908). Las obras para violín de Sarasate exigen de los solistas una gran virtuosidad. Leticia Moreno lo hizo muy bien: ejecutó la Fantasía con precisión y supo transmitir toda la emoción que Sarasate puso en esta su creación inmortal. El público recompensó sus dos interpretaciones con una ovación prolongada en pie.

Gerardo Guevara (Ecuador, 1930–1950) no podía faltar en este programa latinoamericano. Se le considera un músico de transición entre la tradición ecuatoriana y las nuevas tendencias contemporáneas. La orquesta ejecutó la versión orquestal de Apamuy Shungo (Entregando el corazón). Guevara inició sus estudios musicales en Ecuador y luego se profesionalizó en París. La orquesta hizo una interpretación fabulosa.

Del reconocido mexicano, Arturo Márquez (1950) la orquesta ejecutó el Danzón No. 2. Una obra basada en los danzones, música popular veracruzana que se baila en las calles y parques. El célebre director venezolano Dudamel lo ha incorporado permanentemente en sus programas. La brillante interpretación dirigida por Fernando Valcárcel causó entusiasmo entre el público que llenó plenamente el Teatro Municipal de Arqueipa. El Dazón No. 2 es la obra más popular del repertorio mexicano, después del célebre Huapango de Moncayo.

El concierto finalizó con la obra Caña Brava, del compositor dominicano Toño Abreu (1883-1970), una deliciosa versión orquesta de los ritmos caribeños representados por el merengue dominicano. La versión interpretada en el concierto corresponde a Jorge Taveras.

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