Siempre habrá una solución

  • Actualizado: 25 de julio de 2025 a las 00:00 -

“Cada crisis producirá la persona capaz de superarla”, y la historia lo ha venido comprobando. Permítame ponerle un ejemplo en el área de la medicina. Durante siglos la hidrocefalia fue una condición devastadora. Su nombre, tiene dos raíces griegas, hidro (agua) y kephalé (cabeza), y describe la acumulación excesiva de líquido cefalorraquídeo en el cerebro.

Cuando un niño nacía con la cabeza agrandada, sufría convulsiones, retrasos en el desarrollo, y no solía sobrevivir. Había también adultos que adquirían esta rara condición por traumatismo o infecciones, enfrentaban la demencia, pérdida de la movilidad y aislamiento. La medicina estaba limitada por el conocimiento y la tecnología de su época, no podía ofrecer alivio. La hidrocefalia era vista como una sentencia, no como una condición tratable.

Surgió entonces un médico neurocirujano colombiano, el Dr. Salomón Hakim. En los años 50, mientras estudiaba en los Estados Unidos, observó que se pasaba por alto a los enfermos con signos de demencia, con ventrículos cerebrales agrandados, pero sin pérdida significativa de tejido cerebral.

Al regresar a Colombia se enfrentó a un caso que marcaría su vida, un joven con un daño cerebral aparentemente irreversible. Hakim realizó una punción lumbar, y sorprendentemente el paciente mejoró. Esto cambio su forma de enfocar la solución, así comprendió que la presión del líquido podía ser controlada.

Nació entonces la válvula de Hakin, un dispositivo que regula el drenaje cefalorraquídeo desde el cerebro hacia partes del cuerpo, como el abdomen. Implantada quirúrgicamente, ha salvado millones de vidas y transformada la hidrocefalia de una condena a una condición manejable.

Hoy en día se utiliza en bebes, niños y adultos. Existen válvulas ajustables, tan avanzadas que se han hecho universalmente aplicables cambiado la vida de miles de pacientes. La medicina ha avanzado y ha demostrado que cada crisis produce la gente capaz de superarla.

LO NEGATIVO: Pensar que todas las crisis, definitivamente, hay que sufrirlas.

LO POSITIVO: La historia nos demuestra que toda crisis siempre produce quien la resuelva.

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