Dentro de la mitología griega, un relato sobresale, el de Prometeo. Fue un titán compasivo y bueno, así que decidió robarles el fuego a los dioses para entregárselo a la humanidad, dándole así la capacidad de iluminar sus vidas y desarrollar la civilización. Prometeo, cuyo nombre significa “previsión”, será recordado no solo por su astucia, sino por su profundo amor por la humanidad. En una era en que los hombres vivían en la oscuridad y la ignorancia, cuenta la mitología que Prometeo se apiadó de ellos. Desafió la autoridad suprema de Zeus al robar el fuego del Olimpo y entregárselo a los mortales.
Claro que el fuego no solo representaba calor y luz, sino también la chispa del progreso, la creatividad y el poder de desafiar sus circunstancias.
Sin embargo, Zeus, considerando este acto como una traición y un desafío a su autoridad divina, decidió el castigo de encadenar a Prometeo a una roca, donde cada día un águila devoraba su hígado, que se regeneraba durante la noche, perpetuando así su tormento.
Dejando de lado el relato de estos castigos terribles de la mitología. Y centrándonos en los aspectos positivos del mito, podemos destacar la rebelión contra la injusticia. Prometeo desafía las normas opresivas que limitaban el avance de la humanidad. Representa la valentía necesaria para cuestionar el status quo y luchar por la injusticia. También el hecho de que Prometeo se arriesgó por el bien común. Y ese relato nos enseña el valor de anteponer necesidades de otros a las propias, incluso cuando esto implique sacrificios. Es un símbolo de todos esos líderes, científicos y gente de negocios que arriesgan su tiempo y su seguridad y dan por resultado el progreso y el bienestar colectivo.
Creo que cada uno de estos relatos nos ofrece un espejo en que ver nuestras propias vidas. Nos inspira a soñar, a reconocer que solamente arriesgado podemos romper nuestros límites y accionando con sabiduría y coraje crear un bien común. Porque Prometeo no solo es un héroe mitológico, sino un símbolo de los que luchamos por un mundo mejor.
LO NEGATIVO: Ser indiferentes ante las necesidades de quienes nos rodean.
LO POSITIVO: Como Prometeos modernos, seguir aceptando el reto por un mundo mejor.
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