Predecir una elección no es un acto de fe, sino un ejercicio de observación. Y es que a veces, el futuro se esconde en una hoja de cálculo. Las elecciones no comienzan el día del voto, sino en los números que se acumulan silenciosamente durante meses. Entre esos datos —el padrón, la participación histórica y las encuestas más recientes— se dibuja una tendencia que permite estimar quién estaría más cerca de la victoria si los hondureños votaran hoy. El punto de partida es el padrón electoral 2025, con 6.52 millones de hondureños habilitados para votar. Si se repite una participación similar a la de 2021, del 68.6%, el total de votos emitidos rondaría los 4.4 millones. Para analizar distintos escenarios consideré tres niveles de participación: bajo (60%), medio (65%) y alto (68.6%), lo que representa entre 3.9 y 4.5 millones de votos.
La encuesta más reciente de Le Vote e Instituto de la Justicia, publicada en octubre, muestra a Salvador Nasralla en primer lugar con 26%, seguido por Nasry “Tito” Asfura con 21% y Rixi Moncada con 14%. El resto de los encuestados —unos cuatro de cada diez— aún no define su voto. Este grupo de indecisos es clave, ya que puede cambiar el resultado final. Para estimarlo, utilicé dos métodos: en el primero, los indecisos se reparten proporcionalmente según la fuerza actual de cada candidato; en el segundo, una parte se inclina hacia la oposición, como suele ocurrir en contextos de desgaste gubernamental. Con el escenario medio de participación (65%), Nasralla obtendría alrededor del 42.6% de los votos, Asfura el 34.4% y Moncada el 23%. En términos absolutos, eso equivale a 1.8 millones, 1.45 millones y 973,000 votos respectivamente. Incluso bajo un escenario menos favorable, donde los indecisos se reparten de forma distinta, Nasralla se mantiene como el candidato con más apoyo potencial, sobre todo en el voto urbano y joven. Este ejercicio no pretende ser una predicción infalible, sino una fotografía razonada del momento. Los números pueden cambiar con la participación, los debates o los acontecimientos de campaña, pero las tendencias actuales muestran una ventaja plausible para Salvador Nasralla. Si nada extraordinario ocurre, las matemáticas apuntan hacia él como el candidato con mayores probabilidades de ganar la elección.