22/12/2025
01:05 AM

La mies es mucha

En Mateo 9:37 encontramos lo siguiente: “…mas los obreros son pocos” y en el siguiente versículo, Mateo 9:38; “rogad, pedid, interceded, pues, al dueño de la mies”.

Según la verdad de Dios, no hay un problema de cosecha y no hay un problema de fruto. Dios no tiene problemas en bendecirle ni en prosperarle. De ninguna manera, Dios no tiene problemas. Es más, en el cielo no hay escasez, Él es el dueño del oro y de la plata, no hay ningún problema de cosecha, ni de fruto, ¡el problema es la falta de obreros!

Dios dijo “rogad que envíe obreros”. El problema entonces es de gente que trabaja hoy en día y sobre todo de la manera en que desarrolla su trabajo. Basta citar unos cuantos ejemplos y nos convenceremos de ello.

La gente quiere comer bien, quiere dormir bien, quiere vestir bien, pero quiere trabajar mal. Yo le pregunto a usted, ¿es esto justo?

En la casa donde ministro, yo he preguntado si es correcto que los hombres de Dios vivamos bien y todo mundo ha dicho amén. Pero yo les respondo no, están equivocados. Lo correcto es que los hombres vivamos bien, siempre y cuando trabajemos bien.

Por algo muy simple que se puede explicar casi matemáticamente o dicho en otras palabras bajo el concepto de la ley de la siembra y la cosecha.

Dios bendice al que trabaja, pero al que lo hace bien. Los frutos los verá usted en proporción a lo que usted siembre, si usted es diligente y esforzado tendrá mejores frutos que los que rendirá la “siembra” de otro que sea un haragán y desinteresado. Cuando llegue la cosecha estarán más llenas las manos de la persona laboriosa y tesonera que las del insensato que no hizo bien su trabajo cuando había que sembrar.

Usted debe hacer con excelencia su parte del trabajo, de lo demás se encarga el Padre. Dios bendecirá su trabajo, si usted lo hace bien.

Dios nos está dando un principio: ¿Usted quiere ver cosecha y fruto?, empiece a tomar este fundamento, la palabra ENVÍA viene de la palabra griega ÓPALO, que significa: impúlsalos, esfuérzalos.

Levántese y ponga en acción los pensamientos, colocando las manos sobre el arado, para sustituir la teoría por la práctica.

Accione hoy, no se quede preguntándose si será la voluntad de Dios. Es tiempo de levantarse y decir “yo tengo un territorio, yo tengo una semilla, tengo una cosecha”. Puede ser su casa, su familia, su negocio, su empresa.

Es tiempo de levantarse, ¡a trabajar se ha dicho pueblo de Honduras! No es cierto que los hondureños no podemos o que somos haraganes. ¡No es cierto! Somos gente del Reino, somos gente trabajadora y hoy decretamos que la cosecha está lista y que los obreros nos levantamos.

Hoy es tiempo de obreros, tiempo de cosecha y eso es para usted.

Bendiciones y siga adelante.