Para celebrar mi cumpleaños, no diré el número, pero para ese evento decidí aprovechar que S. Jarangit Ahira, el hijo mayor de mi primo Balraj Singh quienes viven en Londres, y se casaba en la India.
Para comenzar esta historia tengo que decir mi abuelo Gourdas Singh llego a Honduras en 1935, procedente de la región de Punjab en la India, llegando a trabajar como experto injertador en la compañía bananera United Fruit Company, para luego pasar a la Tela Railroad Company, donde tuvo trabajos especializados en el cultivo y experimentos frutales en el Jardín Botánico de Lancetilla y posteriormente en el laboratorio en La Lima, Cortes.
Por esa obvia conexión, siempre tuve la inquietud o fijación que en algún momento se volvería realidad el viaje a la “motherland” como dicen los primos hindúes. Y es que para mí buena suerte la boda fue en la india un país que estoy seguro es de lo más fascinante en todo el planeta, ya que sabemos que está lleno de historia, cultura, tradiciones, sabores, colores, especias y sobre todo que cuenta con una gastronomía deliciosa, especialmente en la región de Punyab al norte del país, donde son extremadamente veganos.
Saliendo de San Pedro Sula y llegando a New York, alli tome el vuelo hasta Nueva Delhi, donde después de 12 horas sin escalas mi aventura comenzó en ese mundo tan diferente a nuestra cultura occidental. Sin duda es como algo surrealista al observar los grandes contrastes entre opulencia y miseria, orden y desorden; donde las personas conviven como que si nada difícil sucediera. Ese fue el primer “shock” es una ciudad muy loca y sin nada de orden, a pesar de que tiene templos, museos, arquitecturas increíbles y ni se diga de su gente, pero el caos de la ciudad hizo que se convirtiera en una de las cosas que causaron esa impresión de asombro y susto de la India.
Según lo previsto, los primos Charanjit y Baldev Singh, pasaron por mi para dirigirnos a la ciudad de Chandigarh, que está ubicada al norte, en la región de Punjab a seis horas de Nueva Delhi, y como ya mencioné, fue alli la boda. Para este evento de nupcias, se realizan celebraciones y fiestas por una semana completa, y se puede extender a las dos si son muy entusiastas.
La realidad es que, aunque la cantidad de personas en ese país es abrumadora, nunca llegue a sentirme inseguro, ya que siempre estuve rodeado de familiares y amigos, por lo que me trataron siempre muy bien, aunque les complique la existencia en buscar café porque alli solo te y chai beben, para toda ocasión y en todo lugar. Lo que si me aguante fue en la ingesta de carne, en toda la semana de mi estadía, el visitante se adapto siendo vegetariano, ni modo.
Unas de las cosas que me llamo la atención y quiero resaltar en este artículo es que la región de Punjab es muy parecida a Centroamérica, por su clima, vegetación, frutas y animales. Solo que aquí si les tengo una pasada como decimos los hondureños, y es que al salir a caminar en una de las mañanas del hotel donde me quede, su servidor iba tranquilo viendo la vegetación, y de pronto en lugar de gatos o perritos aparecen los terribles monos siguiéndome y saliendo de los árboles, tal cual aquí en Honduras vemos a los gatos o perros por así decirlo. Fue un susto, pero a la vez interesante al ver que en ese lugar Chandigarh, las personas convivían con los terribles monitos y vacas también.
La boda y las celebraciones fueron todo un éxito, las familias tiran la casa por la ventana y la esperanza de la nueva pareja se funde en bendiciones del creador para con los novios, ambientes superlativos de emoción y derroche de alegría en toda la semana, sin exagerar. Otro asunto, muy interesante y especial es que como es una región sumamente religiosa, el alcohol es prohibido y toda la emoción se desborda en el baile y la variedad de comidas, es exagerado la variedad de platillos que pueden comer sin carne, fue relativamente exagerada para mí, realmente quede impresionado.
Mi visita a la India, siendo hondureño por nacimiento, pero con profundas raíces de esas tierras, fue sin duda grandiosa y puedo recomendar visitarlo porque hace ver la abundancia con que vivimos en esta parte del mundo, donde a pesar de las limitaciones siempre hay espacio y opciones para obtener recursos, invertirlo y para vivir en prosperidad. Y en el caso de la India, lo que pude observar es que, debido a la inmensa sobre población de habitante, estos se ven expuestos a suplir necesidades muchas veces ilimitadas, pero los recursos con que se van a cubrir son limitados, una simpleza de las teorías económicas a través de la historia de la humanidad.
Por otro lado, esa la religión, esa situación es un reflejo de su diversidad espiritual y cultural. Donde, el hinduismo es la religión predominante y coexisten pacíficamente con otras religiones antiguas como el budismo, musulmanes, yainismo y el sijismo. A este ultimo grupo pertenecen mis familiares de la India.
Es impresionante que, a pesar de las diferencias entre estos grupos religiosos, existe y conviven con un nivel de respeto y tolerancia que no la vivimos en estos lados del mundo.
Lo cierto es que, desde Honduras tenemos mucha relación familiar con la India, pero también es cierto que los ancestros que vinieron quedaron encantados con las montañas, ríos, vegetación y las personas nativas de aquí, porque tenemos mucho en común.
Recuerda: “Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz, y síguela”.
Salud y éxitos en la vida.