La culpa es suya

Muchos dueños de negocio se quejan de lo mismo: “La gente ya no quiere trabajar”, “nadie dura”. Pero rara vez nos preguntamos algo más importante

  • Actualizado: 04 de agosto de 2025 a las 23:55 -

Muchos dueños de negocio se quejan de lo mismo: “La gente ya no quiere trabajar”, “nadie dura”. Pero rara vez nos preguntamos algo más importante: ¿esa persona veía algún futuro trabajando conmigo?

En un negocio pequeño, no puede ofrecer grandes sueldos ni oficinas bonitas. Pero sí puede ofrecer algo más importante: visión de crecimiento. Si su colaborador solo ve que va a estar años empacando, cocinando o vendiendo sin posibilidad de crecer, va a renunciar en cuanto tenga una mejor oferta o sencillamente se harte.

En cambio, si le hace sentir que su trabajo importa, que puede escalar, aportar ideas y liderar procesos, se va a quedar y crecer con usted. ¿Cómo hacerlo? involucre a su equipo en decisiones simples.

Pregúnteles cómo mejorar procesos, escúchelos, pídales que propongan. Si alguien le sugiere una forma más rápida de entregar pedidos o una nueva idea para redes sociales, hágaselo saber. Reconozca públicamente los aportes, aunque sean pequeños.

La validación diaria vale más que un bono anual. Una persona que siente que se le escucha y se le valora, cuida el negocio como si fuera suyo. Luego, empiece a identificar líderes.

Todos los negocios tienen una o dos personas que destacan por su iniciativa o responsabilidad. A esos colóqueles retos adicionales: encargarse de proveedores, coordinar horarios, enseñar a los nuevos. Explíqueles que está probando su capacidad de liderazgo.

Nadie nace jefe, pero muchos se convierten si se les da la oportunidad. Las personas no renuncian solo por salario; también se van cuando hay ambiente tóxico, cuando nadie los escucha o cuando sienten que todo da igual. Usted puede ser diferente. Forme una cultura donde se valore la mejora continua, se escuche con respeto y se premie el compromiso.

Lo importante no es formar empleados que hagan solo lo que usted les diga. Es formar futuros aliados. Personas que no solo le ayuden a operar el día a día, sino que quieran construir algo con usted.

Y cuando eso pasa, su negocio deja de depender solo de usted y empieza a fortalecerse como equipo. Así que antes de quejarse de su personal, pregúntese: ¿Qué estoy haciendo yo para que alguien quiera crecer aquí?

Te gustó este artículo, compártelo
Últimas Noticias