“Cuando hemos elegido vivir en el miedo en lugar del amor, reforzamos constantemente la armadura con angustias, aburrimiento y sospecha”: Robert Fisher.
El exoesqueleto de un artrópodo es su caparazón exterior duro y resistente; se compone de quitina, que es un material relacionado con celulosa. Es usada como una prenda de vestir sobre el cuerpo humano y sirve como apoyo; se usa para asistir en los movimientos para aumentar la capacidad del cuerpo, esto beneficia a los insectos específicamente a los artrópodos de los depredadores y sostiene sus cuerpos. La desventaja del exoesqueleto es que no crece, pero a medida que el animal crece debe mudarse. Este proceso es delicado, ya que el animal queda frágil, por lo que muchos artrópodos quedan vulnerables y estos se exponen hasta que esta cutícula se endura. Los seres humanos han usado las armaduras de exoesqueletos artificiales para su protección, especialmente en el combate.
La órtesis es una forma médica limitada de exoesqueleto, la cual se acopla a una pierna, o al torso y que permite mejorar o corregir el comportamiento de esa pierna o de la espina dorsal, se han usado en el área militar con el propósito de mejorar su rendimiento, en enfermedades neuromusculares, accidentes cerebrovasculares, lesiones de médula espinal y otras afecciones que afectan la movilidad.
En el mundo espiritual existe unas herramientas que han sido asignadas para protegernos contra los depredadores espirituales como ser el cinturón de la verdad la cual nos protege y santifica, la coraza de justicia es cobertura para nuestro corazón de acusaciones; el calzado es la preparación de la paz para avanzar en medio de territorios hostiles, el escudo de la fe la cual protege nuestra fe de las dudas de satanás, el yelmo de la salvación le protege su manera de pensar y la espada del Espíritu es la Palabra de Dios como arma ofensiva. Efesios 6:10-18. RVR60.