Elecciones y Navidad

La mayoría del pueblo ya perdió interés por el conteo, marcado por el letargo político al estilo Honduras.

  • Actualizado: 20 de diciembre de 2025 a las 00:00 -

A 20 días de las elecciones y a cuatro de la Navidad, el pueblo hondureño quiere saber, de manera definitiva, quién será el nuevo presidente de la nación, pues muchos desean iniciar y disfrutar esta época navideña del año 2025 con certidumbre política.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) se ha convertido en una verdadera caja de Pandora de la mitología política hondureña actual, al concentrar los principales males que han marcado las elecciones presidenciales del pasado 30 de noviembre.

El consejero del Partido Libertad y Refundación (Libre) cumplió con la denuncia de los audios señalados como parte de un supuesto fraude electoral, al acusar a la consejera del Partido Nacional, Cossette López. A su vez, Ana Paola Hall, consejera presidenta y representante del Partido Liberal, habría sido intimidada y amenazada con su destitución desde la antesala de las elecciones por el candidato presidencial Salvador Nasralla y por el presidente del Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal y alcalde de San Pedro Sula, Roberto Contreras.

El “camaleón” Nasralla fue a pedirle la fórmula o receta a Trump para ganarle a Rixi, la “comunista”, a quien daba por ganadora, y sin haber empezado las elecciones ya denunciaba fraude, sin imaginar que Nasry Asfura le ganaría el mandado con el apoyo de los “gringos”. El coordinador de Libre, José Manuel Zelaya, aceptó como perdedora a Rixi Moncada y declaró ganador a Nasralla. Marlon Ochoa lo secundó posteriormente ante las autoridades del Grupo de Naciones G-16.

La contienda final es entre Nasralla y Asfura, quien —hasta antes de iniciado el Escrutinio Especial de actas con inconsistencias— lo aventaja con más de 43,000 votos y cuenta con la bendición del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mientras el país continúa a la espera de los conteos finales.

La mayoría del pueblo ya perdió interés por el conteo, marcado por el letargo político al estilo Honduras, y está pensando más en los tamales, el rompopo y esperando que suene la canción “unos van bailando y otros van llorando” en un país llamado Honduras.

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