Cuando los gobiernos temen a la gente, hay libertad. Cuando la gente teme al gobierno, hay tiranía: Thomas Jefferson.
Es una demanda que toda la población tiene, toda persona que aspira a ser presidente deberá tener una visión clara integral del país, diseñar estrategias y proponer iniciativas para definir el rumbo de la nación, pero lo más noble y grandioso es tener un presidente que logre con su liderazgo unir las familias de la nación para eliminar el odio, la duda, la desconfianza y, sobre todo, ese prejuicio marcado que se viene arrastrando de tiempos pasados; queremos tener un presidente con capacidad de análisis, liderazgo político, que logre reunir en su gabinete los mejores hombres y mujeres de la nación sin importar el partido político que representen, que pueda elaborar un plan estratégico que oriente los propósitos de su orientación. Un presidente que pueda optimizar el uso de los recursos humanos, materiales y financieros.
Un presidente que ayude a dirigir el rumbo del país y la mayor felicidad es que tengamos paz y tranquilidad que impulsen las iniciativas para el crecimiento económico y social de manera equitativa, que el coraje de convicciones y la destreza diplomática sea establecida por una conducta de juicio y prudencia en las decisiones y que no se lleve de encuentro las grandes mayorías, nadie es perfecto todo ser humano gasta el tacón del zapato de un lado más que del otro, pero lo que sí es claro es que las familias piden a gritos tener oportunidades en salud, trabajo, educación y seguridad; es una ordenanza respetar las autoridades, ya que son establecidas por la voluntad soberana de sus ciudadanos; pero de igual forma la soberanía de Dios.
“El gobernante sabio educa a su pueblo y organiza bien su gobierno, todo pueblo tiene el gobierno que se merece. Cuando el rey es ignorante acaba en la ruina; cuando el rey es sabio el pueblo prospera”: Eclesiastés 10:1-3. TLA.