“El desafío del liderazgo es ser fuerte, pero no grosero; amable, pero no débil; reflexivo, pero no perezoso; confiado, pero no soberbio; humilde, pero no tímido; orgulloso, pero no arrogante; tener humor, pero no parecer necio: Jim Rohn.
Según la leyenda, Ivar Ragnar, también conocido como Ivar el “Deshuesado”, era un caudillo escandinavo durante la era vikinga, era el hijo de Ragnar, según los estudios se cree que nació con osteogénesis imperfecta, un trastorno genético caracterizado por huesos frágiles; a pesar de su condición era destinado a la gloria como su padre y sus ojos azules eran símbolo de eso. Lo cierto es que él lideraba y saqueaba, a pesar de que estaba en camilla, y lo mostraban como un verdadero estratega. Es una pena que exista hoy en día liderazgo, que aparenta estar paralizado, pero su mente trabaja siempre hacia la maldad e iniquidad. Muchos son líderes y se vuelven víctimas cuando les conviene, pero otros lideran con dignidad y pureza a pesar de las limitaciones. Pareciera que vivimos en una sociedad de vikingos, luchando sin valores y principios éticos. La mayor crisis es la crisis de liderazgo; el liderazgo con propósito se evidencia en lograr obtener el compromiso de otros para entregarse y dar toda su energía a la creación de valor y éxito. Toda la esencia de un líder está en el “ser”, ese es el carácter y la forma es el “hacer”; lograr integrar el ser y el hacer en la vida práctica ese es el verdadero líder.
Muchos se enfocan en la forma de liderazgo; sus habilidades, tareas y comportamientos, pero lo fundamental es tener un liderazgo que tenga claridad de propósito fundamentado en valores.
“Debes tener una fuerte creencia en el mensaje fiel que se les enseñó.
Entonces podrá animar a otros con la sana enseñanza y demostrar a los que se oponen en qué están equivocados”: Tito 1:9 NTV.
¡Hay mucho deshuesado!