Al entrar a una pequeña tienda, un hombre notó un cartel en la puerta de vidrio que decía: “¡PELIGRO, CUIDADO CON EL PERRO!”. Intrigado, entró y vio a un viejo e indefenso perro durmiendo plácidamente junto a la caja registradora. Se acercó al dueño y le preguntó: “¿Ese es el perro con el que se supone debemos tener cuidado?”. “Sí”, respondió el propietario con una sonrisa. El hombre soltó una carcajada. “Pues no parece muy peligroso desde mi punto de vista. ¿Por qué puso ese anuncio?”. El dueño respondió: “porque antes de ponerlo, la gente continuamente se tropezaba con él”.
Existen hábitos que, como el viejo perro de la tienda, nos pueden parecer inofensivos a simple vista. Nos hemos acostumbrado tanto a ellos que ya ni los notamos: una palabra negativa, una excusa constante, una pequeña mentira, una falta de disciplina. Creemos que no nos hacen daño, que son parte de nuestra personalidad, que “siempre han estado ahí”. Pero en realidad, esos viejos hábitos pueden hacernos tropezar una y otra vez en nuestra vida personal, espiritual y emocional, impidiéndonos avanzar y crecer. Por eso, es necesario estar alertas y hacer conciencia de lo que arrastramos del pasado. Reconocerlos y enfrentarlos es el primer paso para superarlos. Porque lo que no se confronta, se repite, y lo que parece inofensivo puede hacernos caer de manera estrepitosa.
Aristóteles decía acertadamente: “Somos lo que hacemos repetidamente”. De ahí que nuestra identidad no se define por lo que decimos que somos, sino por lo que hacemos de forma constante. Cada acción repetida —por pequeña que parezca— moldea poco a poco nuestro carácter. Si actuamos con bondad, con honestidad, con responsabilidad día tras día, esas virtudes se arraigarán en nosotros y eventualmente nos llevarán al éxito personal.
Pero si permitimos que se repitan actitudes negativas, como la queja, la pereza o la mentira, eso se convertirá en parte de quienes somos y nos acarreará el resultado contrario. No olvidemos, entonces que, en esencia, somos el resultado acumulado de nuestras decisiones diarias.