Parece una nave espacial, pero es una bicicleta.
Aunque se conduce de una forma particular: el ciclista va encapsulado, con su cuerpo boca abajo y mirando a través de una pequeña mirilla. Y al final de la carrera, debe ser atrapada.
“Beastie”, como la llama su dueño, es una invención del escocés Graeme Obree, de 48 años, quien este viernes rompió un récord mundial: alcanzó los 91,1 km por hora en una bicicleta de estas características, en el Campeonato Mundial de Velocidad Humana en Nevada, Estados Unidos.
El peculiar vehículo fue construido con trastos viejos, como ollas, pedazos de bicicletas y electrodomésticos.
Con este nuevo récord mundial, el excampeón del ciclismo confirma que no ha perdido su espíritu pionero, por el que es conocido en todo el mundo.