El gobierno venezolano desestimó la posibilidad de que el presidente Nicolás Maduro sea revocado mediante un referendo, tras decretar un estado de excepción que según analistas busca cerrarle el paso a la consulta impulsada por la oposición. “Aquí Maduro no va a salir por referéndum”, dijo ayer el vicepresidente, Aristóbulo Istúriz.
“Ellos saben que aquí no va a haber referendo, están convencidos, están haciendo pantalla (aparentando), primero porque lo hicieron tarde, segundo lo hicieron mal y tercero cometieron fraude”, dijo el vicepresidente ejecutivo durante una manifestación popular en respaldo a la mandataria brasileña Dilma Rousseff.
“Ya nosotros estamos conscientes de lo que tienen ahí, no lo tienen, están manipulando a su gente”, agregó en el acto gubernamental en el estado Anzoátegui.
El oficialismo ha dicho en reiteradas oportunidades que los opositores no podrán llevar a cabo la solicitud del referendo revocatorio con el que esperan acortar el mandato de Maduro porque, aseguran, no cuentan con el tiempo suficiente para que los plazos de la solicitud se den este mismo año, y porque las firmas serían fraudulentas.
Marchas
El líder opositor Henrique Capriles había advertido el sábado sobre un estallido social si el gobierno impedía el revocatorio contra Maduro este año.
Tras conocer la posición del Gobierno, Capriles, uno de los principales impulsores del revocatorio, confirmó ayer la convocatoria a una movilización nacional el 18 de mayo para exigir celeridad en el trámite del referendo. La alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) convocó a movilizarse en las distintas sedes del Consejo Nacional Electoral del país “exigiendo respeto a la Constitución y cumplimiento Reglamento Revocatorio”, indicó Capriles en la red social Twitter.
Esta sería la tercera movilización convocada por los opositores para presionar al Poder Electoral a que cumpla con celeridad el cronograma para la activación del referendo.
Las dos anteriores no lograron llegar hasta la sede, e incluso la primera acabó luego de que un fuerte cordón de seguridad, que protegía el acceso al municipio Libertador, dispersara a los opositores.
Decreto especial
Bajo el estado de excepción, Nicolás Maduro ordenó tomar las fábricas improductivas, estrategia que analistas atribuyen a un líder acorralado. Maduro, cuya gestión reprueban siete de cada diez venezolanos según la firma Venebarómetro, dispuso el sábado la intervención de las plantas paradas y encarcelar a los empresarios que, según él, intentan desestabilizar al gobierno, en la primera medida bajo el estado de excepción que regirá por tres meses y que, dijo, será prorrogado sucesivamente hasta 2017.
El viernes, al firmar el decreto “de estado de excepción y emergencia económica”, maduro dijo que lo hace para que le dé: “el poder suficiente para derrocar el golpe de Estado, la guerra económica, para estabilizar socialmente nuestro país y para enfrentar todas las amenazas internacionales y nacionales”.