El vicepresidente primero iraní, Esfandiar Rahim Mashaie, renunció el sábado a su cargo a pedido del guía supremo, cediendo así a la presión de los conservadores, en un acto que supone el primer revés para el presidente Mahmud Ahmadinejad desde su polémica reelección.
Esta renuncia, ocho días después de su nombramiento, es una victoria para el campo conservador, que no ha dejado de criticar la promoción de un hombre que en 2008 provocó un escándalo al afirmar que Irán era un país amigo de los estadounidenses e israelíes.
'Obedeciendo las órdenes del guía supremo, no me considero vicepresidente primero pero (...) serviré a nuestro pueblo como pueda', indicó Rahim Mashaie citado por la agencia iraní FARS.
El guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, ordenó al presidente Mahmud Ahmadinejad que destituyera a Esfandiar Rahim Mashaie, cuyo nombramiento fue duramente criticado por los conservadores, anunció el viernes la televisión pública.'El nombramiento de Esfandiar Rahim Mashaie como vicepresidente es contrario a su interés y al del gobierno y provocará la división y la frustración entre sus seguidores', estimó Jamenei en carta dirigida a Ahmadinejad, citada el viernes por la televisión.
'Es necesario anular este nombramiento', añadió el guía supremo en esa misiva cuya fecha no fue precisada. Más tarde, el guía supremo iraní lanzó un llamamiento a la unidad, al pedir a los distintos grupos que pongan sus divergencias de lado y trabajen juntos para hacer avanzar al país.
'Los acontecimientos de estos últimos días no deberían provocar diferendos', indicó Jamenei en un discurso emitido por televisión.'Deberían trabajar de manera fraternal para hacer avanzar la nación. Nadie debería lanzar acusaciones sin fundamentos. Deberíamos ser honestos en la manera de tratarnos. Deberíamos dejar de lado nuestras divergencias', indicó.
La designación de Rahim Mashaie, el 17 de julio, al cargo de vicepresidente primero -era vicepresidente encargado del Turismo en el anterior gobierno de Ahmadinejad-, provocó la protesta generalizada de los conservadores, que apoyaron con firmeza la polémica reelección de Ahmadinejad en los comicios del 12 de junio pasado.
En la más grave crisis en la historia de la República Islámica, al menos 20 personas murieron en las violentas manifestaciones de la oposición que rechazó la reelección del ultraconservador Mahmud Ahmadinejad.'Apoyamos al presidente (...) pero nunca hemos dicho que era infalible', declaró el viernes durante la oración semanal Ahmad Jatami, miembro de la asamblea de expertos y cercano al ayatolá Jamenei.
'Hemos pedido a conciencia dar marcha atrás en el nombramiento del vicepresidente primero', añadió el religioso ultraconservador en su sermón.'Ahora que el líder ha expresado su opinión, no tiene que haber dudas', agregó.
La más alta instancia de arbitraje político en Irán, el Consejo del Discernimiento, también exhortó al presidente a no sembrar la discordia en el seno de su gobierno insistiendo en mantener en el cargo a Rahim Mashaie. Ese consejo está dirigido por el ex presidente Akbar Hachemi Rafsanyani, que en las presidenciales de junio apoyó al candidato opositor Hosein Musavi, principal rival de Ahmadinejad.
Por otro lado, miles de personas se manifestaron el sábado en todo el mundo para denunciar las violaciones de los derechos humanos en Irán y reclamar más libertad.
En más de cien ciudades de los cinco continentes se llevaron a cabo manifestaciones convocadas por organizaciones como Amnistía Internacional (AI) y Reporteros Sin Fronteras, y comunidades de iraníes en el extranjero. Más de 4.000 personas, según la policía, se manifestaron en Estocolmo, agitando decenas de banderas de la época del Shah, derrocado por la revolución islámica en 1979.