Miles de personas se manifestaron el sábado en todo el mundo para denunciar las violaciones de los derechos humanos en Irán y reclamar más libertad.
En más de cien ciudades de los cinco continentes se llevaron a cabo manifestaciones convocadas por organizaciones como Amnistía Internacional (AI) y Reporteros Sin Fronteras, y comunidades de iraníes en el extranjero.
En Amsterdam y Londres más de mil personas, respectivamente, se manifestaron contra 'la política represiva de Teherán'.
'Es simbólico. Es un día de solidaridad a escala planetaria. Debemos hacer que el gobierno pague por la manera en que trata a la población de Irán', declaró uno de los organizadores de la manifestación londinense.
En Ginebra y Berlín, unas 400 personas respectivamente se concentraron por la tarde. En la ciudad suiza, algunos de los manifestantes llevaban sus rostros tapados por miedo a ser identificados por posibles informadores del régimen de los ayatolás.
A continuación, una delegación de opositores tenía previsto entregar una carta destinada a la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, señaló Hassan Bayart, portavoz de los organizadores de la marcha ginebrina.
En Estocolmo se preparaba una de las mayores manifestaciones que, según sus organizadores, reunirá al final de la tarde a varios miles de personas.
Suecia cuenta con una comunidad iraní de unas 80.000 personas, de las que 57.000 nacieron en Teherán.
La movilización también abarcó otros continentes.
En Tokio, decenas de manifestantes con pancartas se reunieron en un barrio céntrico de la ciudad y denunciaron que 'Ahmadinejad no es el presidente de Irán'.
Poco espectacular pero con una dimensión simbólica fue el pequeño grupo de seis o siete personas arrestadas el sábado en la capital de Kirguistán, Biskek, por haberse manifestado delante de la embajada iraní, según defensores proderechos humanos de esa república asiática.