La gente entra y sale a horas inusuales.
Las paredes retumban con los golpes de los martillos neumáticos. Los inquilinos pagan el alquiler con dinero en efectivo.
En la zona industrial de Otay Mesa, en San Diego, esos son indicios de que los depósitos podrían ocultar túneles trasfronterizos para contrabandear grandes cantidades de drogas desde Tijuana en México.
Después que el mes pasado se descubrieron dos grandes pasajes subterráneos a menos de dos cuadras de uno de los cruces fronterizos de carga más activos, las autoridades federales están llamando a los propietarios e inquilinos de depósitos en busca de ayuda.
Esperan saber algo más sobre los 12,000 negocios que ocupan los depósitos y oficinas en Otay Mesa. Por las calles circulan camiones de carga todo el día y están silenciosas por la noche y fines de semana.
Un agente de inmigración y aduanas que visitó dos oficinas el jueves interrogó a los encargados.
“Estamos tratando de reclutar todos los ojos y oídos que podamos en la comunidad”, dijo Jonathon White, agente a cargo de la DEA en San Ysidro, a uno de los interrogados, un agente aduanero.
Los túneles descubiertos el mes pasado tenían unos 600 metros de largo y estaban equipados con un vagón sobre rieles, iluminación y ventilación. Según las autoridades estadounidenses, ambos eran obra del cartel de Sinaloa en México, que encabeza el capo de los narcos más buscado del país, Joaquín “El Chapo” Guzmán. Los descubrimientos permitieron algunas de las incautaciones de marihuana más grandes en EUA. Un pasaje descubierto el 2 de noviembre que comunicaba depósitos en Tijuana y San Diego permitió capturar 30 toneladas en ambos lados de la frontera.
Otro túnel, hallado el Día de Acción de Gracias, que comunicaba una casa en Tijuana con dos depósitos en San Diego, posibilitó requisar 20 toneladas. Las salidas del túnel hallado la semana pasada estaban en parques de oficinas. Un residente recuerdó haber oído voces tras las paredes por la noche y rara vez veía alguien de día.
